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¿Se necesita un abogado para solicitar la incapacidad permanente?

¿Necesito un abogado para tramitar una incapacidad? ¿Necesito un abogado para tramitar una incapacidad?

Te aclaramos si es necesaria o no la intervención de un abogado especialista en esta materia para tramitar (y, sobre todo, conseguir) una pensión de incapacidad permanente. Para aclarar esta cuestión, es preciso que en primer lugar repasemos los pasos de un proceso de estas características.

Fases de un proceso de incapacidad permanente

Un expediente de incapacidad permanente (sea cual sea su grado), comienza por un procedimiento administrativo. En esta primera etapa es cuando se solicita la incapacidad y se pasa por la evaluación del llamado tribunal médico, esperando después a la resolución pertinente.

Posteriormente, y si la decisión del INSS no fuera favorable al solicitante, se inicia la segunda parte del proceso: la fase judicial.

¿Cuándo es necesario un abogado?

La labor de un abogado es imprescindible cuando llega el momento de acudir a los tribunales, en el segundo paso. Es esencial contar con un profesional que gestione tu defensa lo mejor posible para lograr el éxito de tu petición. Un letrado que presente ante el juez los documentos y argumentos necesarios. Y que se enfrente adecuadamente a los abogados de la Seguridad Social.

Sin embargo, en la primera etapa del procedimiento -la administrativa- no es obligatorio. Una persona, a nivel particular, puede realizar la solicitud de la incapacidad permanente sin ningún tipo de asesoramiento legal. Pero quizá esta cuestión hay que abordarla con más profundidad si pensamos en el objetivo final: la concesión de la pensión por incapacidad.

El papel del abogado en la solicitud administrativa

La pregunta apropiada en este sentido sería si es o no aconsejable contar con la figura de un abogado en los primeros trámites. Y la respuesta sería afirmativa. Sí es recomendable estar acompañado de un letrado especializado en Derecho Laboral y de la Seguridad Social en esos momentos. Porque antes de llevar a cabo una solicitud de este tipo, hay que prepararla previamente muy bien.

Uno de los aspectos más importantes -y lo que será decisivo para ganar la sentencia- es el relativo a los informes médicos. Y cómo deben enfocarse y plantearse esos informes, independientemente de su contenido. El conocimiento de un abogado laboralista experto en incapacidades es aquí fundamental, porque también sabe qué informes en concreto son vitales para el buen resultado del juicio.

Además, hay que tener en cuenta que el segundo escalón, al que posteriormente se llegará si la resolución es negativa -el judicial- dependerá en gran medida de lo que se haya constatado por vía administrativa (ante todo del paso por el tribunal médico). De ahí que sea una ventaja contar con el apoyo de un abogado, quien asesorará a su cliente sobre cómo afrontar esa situación y qué documentos debe llevar consigo. Sin olvidar los que es preferible no aportar, ya que pueden llegar a ser contraproducentes y perjudicarnos -tanto en esta fase como después ante un juez-.

Recordemos que la función del ICAM es también la de ser un filtro para frenar solicitudes que no tengan el peso suficiente.

Saber desde el principio si vale la pena

Incluso antes de comenzar el procedimiento, es conveniente consultar a esta clase de especialistas para saber, con garantías, si nuestro caso es viable o no. Porque así conoceremos si tenemos posibilidades reales de conseguir una pensión de incapacidad permanente antes de imbuirnos en el trámite oficial. Pensemos que, si no hay oportunidad de lograrlo, no vale la pena atravesar un camino que puede resultar muy complicado y frustrante en esos casos.

La clave es estar perfectamente asesorado desde el instante en que nos planteamos pedir a la Seguridad Social una incapacidad permanente. Un abogado que lo prepare debidamente y que estudie la mejor manera de presentar el caso ante el INSS. Tengamos claro que hasta un pequeño matiz equivocado puede echar para atrás una solicitud que podría ser exitosa.

De esta manera, junto a un abogado que se dedique a las incapacidades permanentes, habrá más probabilidades de que nos reconozcan la incapacidad sin tener que comparecer ante un tribunal.

La reclamación previa

Si la solicitud es denegada en el ciclo administrativo, se puede tramitar una reclamación, denominada reclamación previa. Este paso también lo podemos dar solos. Ahora bien, igual que ocurre cuando hablamos de la primera solicitud, es altamente recomendable que la gestione un letrado. Porque normalmente las reclamaciones previas son desestimadas, pero son un instrumento sustancial a la hora de luchar ante la ley. Lo que no conste en esa reclamación -o también lo que no conste, como señalamos antes- puede determinar el veredicto de un magistrado.

Conclusión

Preparar nuestra solicitud lo mejor posible junto a un profesional experto es el modo de que el INSS pierda fuerza ante una posible denegación. Y evitar argumentos por su parte que carezcan de validez real. Para así demostrar, si es necesario, que el médico del INSS que valoró nuestras limitaciones se equivocaba. En definitiva, en la respuesta a la pregunta “¿se necesita un abogado para solicitar la incapacidad permanente?” hay que contemplar que la ayuda de un abogado es necesaria en la vía judicial. Y que en los trámites administrativos que hemos explicado, aunque no es obligatorio, si está 100% recomendado.

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Acerca de

¡Hola! Soy Jorge, abogado especialista en Derecho Laboral desde 2007 y socio director de Campmany Abogados, un proyecto que nació en 2009 fruto de mi interés en ayudar a enfermos o lesionados. Estoy licenciado en Derecho por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

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