Conseguir una pensión de incapacidad permanente no depende de la enfermedad o lesión que se padezca, sino de las limitaciones para trabajar que provoque la dolencia, sea una u otra.
Tampoco las limitaciones se pueden especificar de manera genérica, ya que varían según cada persona. Y eso es lo que evalúa el tribunal médico: cómo afecta una patología -y sobre todo sus secuelas- en la capacidad laboral de un trabajador en concreto.
Teniendo ambos factores en cuenta, en este post te hablamos de si se puede trabajar con hepatitis autoinmune. Y, en consecuencia, si se podría optar a una incapacidad permanente por este tipo de hepatitis.
Las limitaciones de la hepatitis autoinmune
Los síntomas y/o secuelas de esta enfermedad pueden llegar a ser limitantes, e impedir que una persona pueda desempeñar su trabajo con normalidad.
Pero aquí surgen tres aspectos generales a tener en cuenta:
- El tipo de trabajo.
- Las tareas fundamentales que se realicen en él.
- La afectación de la hepatitis autoinmune en el trabajador desde el punto de vista profesional, es decir, de cómo le influye la dolencia -en su caso concreto- a la hora de llevar a cabo su actividad laboral.
¿Cómo puede invalidar una hepatitis autoinmune?
Teniendo presente que cada caso es único, ya que una persona puede tener menos limitaciones que otras aun sufriendo la misma patología, según fuentes de MAYO CLÍNIC lo invalidante de una hepatitis se puede traducir en:
- Fatiga
- Dolor abdominal
- Dolores en las articulaciones
- Y otras sintomatologías y secuelas que puedan derivar de la patología, también en función de su gravedad (existen tres grados de esta clase de hepatitis: tipo I, tipo II y tipo III).
¿Es imprescindible que la hepatitis sea crónica?
Para poder acceder a una incapacidad permanente por hepatitis autoinmune no hace falta demostrar que nunca se va a poder mejorar, pero sí que la patología se ha cronificado y que no hay mejoría pese a los tratamientos, considerándose las limitaciones 'previsiblemente permanentes', al menos a corto y medio plazo.
Desde ese punto de vista, si por parte del INSS se entiende que pasado un tiempo puede haber mejoría, el pensionista puede ser llamado a revisión.
¿Se puede trabajar con hepatitis autoinmune? La incapacidad permanente
¿Se puede conseguir la incapacidad laboral por hepatitis autoinmune cuando no se puede trabajar? Sí, puede ser posible.
En este sentido, la clave es que los síntomas de la afección no se puedan controlar ni siquiera con medicación -que puede ser necesaria de por vida-, o queden secuelas o limitaciones tras un trasplante de hígado (en casos más severos).
De cualquier modo, es necesario que, al menos, haya habido previamente un recorrido de padecimiento y seguimiento médico, y que pese a los tratamientos o cirugías no desaparezca la situación invalidante para trabajar.
Es muy difícil que se otorgue una pensión de incapacidad si la hepatitis autoinmune está recién diagnosticada, o en pleno proceso de tratamiento inicial.
¿Cómo se puede conseguir la incapacidad laboral por hepatitis autoinmune?
La clave aquí es el informe médico del especialista, habitualmente un hepatólogo, quien debe hacer constar en dicho informe los síntomas actuales y las secuelas de la dolencia, junto a las limitaciones físicas.
En la práctica, puede existir una limitación clara para trabajos de exigencia física, pero en casos más extremos es habitual que tampoco se puedan plantear ocupaciones más livianas o sedentarias, debido al dolor y/o cansancio severos.
Pero, ¡atención! El facultativo en este documento no debe opinar si su paciente merece una incapacidad permanente, o en qué grado; esa es la labor de los inspectores médicos.
¿Qué grados de incapacidad laboral se pueden obtener?
Incapacidad parcial por hepatitis autoinmune
Si la hepatitis reduce el rendimiento del trabajador -al menos en un 33%-, pero este puede seguir desempeñando sus funciones en la empresa, podría conseguir una incapacidad permanente parcial.
Con este grado no se cobra una pensión mensual, pero sí una indemnización para compensar ese esfuerzo extra que se requiere para continuar en la profesión habitual. Dicha indemnización equivale a 24 mensualidades de la base reguladora.
Incapacidad total por hepatitis autoinmune
Por el contrario, si el INSS otorga una incapacidad permanente total, el contrato de trabajo se extinguirá. Esto es debido a que se considerará que el afectado no puede realizar ese tipo específico de trabajo, ni otros con los mismos requerimientos físicos. Ni en la misma empresa ni en otra.
En lo que respecta a la cuantía a percibir, con la incapacidad total se reconoce una prestación del 55% de la base reguladora. Esto es debido a que sí está permitido comenzar otro empleo donde las tareas a llevar a cabo sean distintas, y donde las limitaciones provocadas por la hepatitis autoinmune no sean un obstáculo. De esa manera, se podría acceder a otro ingreso que complementara la pensión.
Incluso, cumpliendo determinados requisitos, se puede pedir a la Seguridad Social que abone la pensión en forma de indemnización, en lugar de hacerlo mes a mes.
No obstante, habiendo cumplido 55 años, y si no se está trabajando en ninguna profesión compatible, se puede solicitar la denominada 'incapacidad total cualificada', que supone un pago del 75% de la base reguladora.
Incapacidad absoluta por hepatitis autoinmune
Quienes no pueden ejercer ninguna actividad laboral por hepatitis autoinmune podrían solicitar una incapacidad permanente absoluta, con la que se cobra una pensión del 100% de la base reguladora.
Pero no se trata de que la persona no pueda "hacer nada", ya que sí está permitido (si así se desea o se necesita) realizar alguna actividad remunerada que no precise darse de alta en el sistema.
Gran invalidez por hepatitis autoinmune
Llegamos al grado más alto de incapacidad. La gran invalidez se puede reconocer si el trabajador no solo está inhabilitado para tener un empleo, sino que también necesita el apoyo de terceras personas para las actividades más básicas de la vida diaria (comer, tomar la medicación, vestirse, asearse...)
Con este grado la cifra sube, ya que al 100% de la base reguladora se suma un complemento, que no puede ser inferior al 45% de la misma base.
No puedo trabajar por mi hepatitis autoinmune
Conclusión
Hay personas que pueden no necesitar una pensión, puesto que se ven capacitadas para trabajar a pesar de sufrir esta variante de hepatitis. Sin embargo, para otras muchas puede ser muy complicado hacerlo, de ahí que existan las pensiones de incapacidad.
Si es tu caso, puedes solicitar una incapacidad permanente, pero asegúrate de que tus informes médicos respaldan tus limitaciones. Y salvo que hayas tenido un seguimiento de años por parte de un médico privado, recuerda que lo realmente válido es el informe de tu especialista del sistema público de Salud.
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