Contrato fijo discontinuo: qué es, cómo funciona y su finiquito
El contrato fijo discontinuo está pensado para los trabajos que se desempeñan de forma intermitente en el tiempo, tras cada llamamiento (aviso al empleado de su “reincorporación”). Por tanto, se trata de una contratación que implica la existencia de periodos del año en los que no se trabaja, los cuales no son retribuidos.
Sin embargo, no se debe confundir con los contratos de carácter temporal, que actualmente, tras la última reforma laboral, son dos: el contrato por circunstancias de la producción y el contrato por sustitución de persona trabajadora. A diferencia de lo que ocurre con ellos, un empleado fijo discontinuo permanece estable en la plantilla de la empresa; no se rompe la relación laboral mientras esta dure, pese a las interrupciones.
Cuando se producen esas pausas a lo largo del año, técnicamente no se percibe finiquito, sino otra clase de liquidación. El finiquito del fijo discontinuo, como tal, solo se cobra cuando se extingue el contrato, sea por despido o por renuncia voluntaria.

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Qué significa contrato fijo discontinuo: principales características
Este tipo de contrato está diseñado para las empresas que no precisan de los servicios de un determinado empleado o empleados de modo continuo durante el año, sino por campañas. Y puede ser a jornada completa o parcial. Pero los tramos de tiempo en los que no se realiza trabajo efectivo no se pagan, y el empresario tampoco abona cotizaciones a la Seguridad Social.
Aunque no lo parezca a priori, el contrato fijo discontinuo tiene como objetivo acabar con la temporalidad, sobre todo después de la reforma laboral de 2022.
Y en relación a la recurrencia, esta modalidad de contratación a día de hoy no se divide entre contratos fijos periódicos y contratos fijos discontinuos, ya que esta distinción fue eliminada en 2022. Ahora se puede utilizar con independencia de que los trabajos se repitan o no en fechas específicas año tras año.
Otros cambios tras la reforma laboral
- No se exige indicar en el contrato la forma y orden del llamamiento.
- Pero sí se prevé, expresamente, que la antigüedad se calcule considerando la duración de la relación laboral, y no solamente el tiempo de servicios prestados.
¿En qué trabajos se aplica el contrato fijo discontinuo?
La normativa vigente dicta que el contrato fijo discontinuo debe aplicarse únicamente en los siguientes casos:
- Trabajos de naturaleza estacional.
- Los vinculados a actividades productivas de temporada.
- Empleos que no tengan naturaleza estacional o de temporada pero con prestación intermitente en ciertos periodos, determinados o indeterminados.
- En contratas mercantiles o administrativas que formen parte de la actividad ordinaria de la empresa.
- También pueden ser formalizados por las empresas de trabajo temporal (ETT) si coinciden las fases de inactividad con el plazo de espera entre contratos.
Lo señalado en los puntos 4 y 5 es otra novedad que trajo la reforma laboral antes mencionada.
Contrato fijo discontinuo: ejemplos
Sectores como la agricultura, la hostelería o el turismo en general suelen contratar trabajadores fijos discontinuos. Pero hay multitud de ejemplos, como las empresas de eventos, o las de construcción cuando no tienen obras continuamente.
Aunque también se podría pensar en las profesiones típicas del verano, como los monitores de campamento o los socorristas de piscina. O en los conductores de autocar, que pueden ser contratados para transportar a los escolares de septiembre a junio.
¿Tienen derecho a finiquito los trabajadores fijos discontinuos?
Cuando un trabajador fijo discontinuo comienza una etapa de inactividad, si bien la relación laboral con el empleador no finaliza, sí se suspende. Y con ello, nacen dos derechos.
El primero es poder acceder a la prestación por desempleo, siempre que se cumplan el resto de requisitos para cobrarla. Esto es debido a que la ley entiende que un fijo discontinuo se encuentra en ‘situación legal de desempleo’ cuando no trabaja.
Y el segundo es el derecho a percibir las cantidades pendientes de liquidar que correspondan al reciente periodo trabajado. Comúnmente esto se denomina finiquito del fijo discontinuo. Pero la cantidad ingresada tras un ciclo de actividad, aunque sean conceptos salariales generados, no se puede denominar “oficialmente” finiquito ya que la contratación sigue activa.
El nombre correcto sería, simplemente, liquidación (de partes proporcionales), que incluye:
- El sueldo de los días trabajados tras la última nómina
- La parte proporcional de las pagas extra, si no están prorrateadas
- Las horas extra (de haber sido realizadas)
- Y las vacaciones devengadas pero no disfrutadas
Es importante aclarar aquí que solo se generan vacaciones en los meses de actividad, y no en los que el contrato está suspendido por inactividad. Por este motivo, se han de retribuir cuando acaba cada campaña.
El despido y finiquito del fijo discontinuo
El finiquito del trabajador fijo discontinuo. ¿En qué consiste?
El verdadero finiquito del fijo discontinuo, el finiquito propiamente dicho, tiene lugar cuando la vinculación con el contratador llega a su fin. Entonces, ¿tienen derecho a finiquito los trabajadores fijos discontinuos? Sí, efectivamente.
Como cualquier otro trabajador por cuenta ajena, un empleado fijo discontinuo puede ser despedido. O abandonar la empresa voluntariamente. En ambos casos, ha de recibir un finiquito, el cual tiene las mismas características que la liquidación señalada en el epígrafe anterior (sueldo de los últimos días, horas extra y parte proporcional de las pagas extraordinarias si procede, más las vacaciones no disfrutadas).
Despido en un contrato fijo discontinuo: ¿hay indemnización?
Cuando un fijo discontinuo no renuncia sino que le despiden, la indemnización solo se entregará si se trata de un despido por causas objetivas (donde el culpable no es el trabajador). O, también, si el cese es disciplinario -por culpa grave del empleado- pero finalmente se declara improcedente. Por ejemplo, podría calificarse de improcedente un despido por causas disciplinarias cometidas en un periodo de inactividad anterior.
Tampoco hay que olvidar que un despido puede llegar a ser nulo, si la razón que esgrime la empresa vulnera sus derechos fundamentales. Cuando un juez así lo decreta, el fijo discontinuo recuperaría su puesto, salvo cuando no sea factible y se apliquen otras medidas que contempla la ley en estas circunstancias.
De cualquier modo, a un trabajador fijo discontinuo le pueden echar tanto durante una fase de inactividad como si se encuentra en ejercicio activo.
Despido improcedente por falta de llamamiento
A diferencia del resto de contratos, en el fijo discontinuo puede darse una situación muy concreta: que haya improcedencia por retraso en el llamamiento. En consecuencia, una falta de llamamiento equivale a un despido improcedente. Además, la jurisprudencia afirma que “la desatención por el trabajador al llamamiento tardío no puede ser calificado, en modo alguno, como dimisión tácita del trabajador”.
No existe, sin embargo, un plazo único establecido legalmente para confirmar que ha tenido lugar una falta de llamamiento. Puede variar, por ejemplo según lo establecido en el convenio colectivo. Aunque la regla general es de tres meses después de la finalización del último llamamiento.
¿Qué puede hacer el trabajador fijo discontinuo que ha sido despedido?
Si un empleado fijo discontinuo no está de acuerdo con los motivos de su despido, puede reclamar ante la ley presentando una demanda en el plazo de 20 días hábiles. Pero antes es necesario acudir a un acto de conciliación con la empresa, para intentar evitar un proceso judicial.
Es importante destacar que el hecho de presentar la solicitud de conciliación detiene el plazo de caducidad de 20 días hábiles de la demanda. Los días vuelven a contar tras el acto de conciliación.
Conclusión
El finiquito de los fijos discontinuos es obligatorio cuando se extingue el contrato, con independencia de si se trata de un despido o de una baja voluntaria. Pero entre una y otra etapa de actividad también se cobran liquidaciones, que son como el finiquito aunque en términos técnicos no sean sinónimos. En definitiva, esta y las restantes características de esta clase de contratos hacen que ser fijo discontinuo aporte una mayor estabilidad laboral en comparación con los contratos temporales por circunstancias de la producción o por sustitución. Y, desde el punto de vista de las empresas, supone una garantía de flexibilidad para adaptar la plantilla a las fluctuaciones de demanda.