Los trastornos de la personalidad son un grupo de afecciones mentales que modifican comportamientos, emociones y pensamientos, lo que interfiere significativamente con la capacidad del afectado para desenvolverse en las relaciones interpersonales y en el entorno laboral. Ese era el caso de Nadia, que derivó en una incapacidad absoluta. Pero, inesperadamente, en una revisión el INSS le quitó su prestación. Te contamos su historia y cómo ha podido recuperar su incapacidad luchando en los juzgados.
Solo un año de tranquilidad
Nadia, abogada de profesión, consiguió la incapacidad permanente absoluta por vía administrativa en 2021, cuando el tribunal médico constató que sufría un "trastorno distímico de la personalidad de grado grave, con limitaciones psicofuncionales invalidantes".
Sin embargo, llegó 2022 y la Seguridad Social la llamó para una revisión, donde los inspectores médicos consideraron que el trastorno persistía, pero "sin clínica impeditiva actual". Resultado: esta abogada dejó de ser pensionista. De cobrar uno de los máximos grados de incapacidad, la absoluta, se quedó sin nada. Fue entonces cuando decidió ponerse en contacto con nosotros.
El juicio en Barcelona
Tras presentar la demanda, el juicio se celebró en el Juzgado de lo Social nº 29 de Barcelona. Allí demostramos con informes médicos de especialistas que nuestra cliente padecía en la actualidad un trastorno límite de la personalidad de grado 7, junto a otros obsesivos y paranoides. Y alegamos que, debido a su estado patológico crónico, tenía enormes dificultades para ejecutar una actividad laboral normal. Y que médicamente no se detectaba mejoría alguna, tal como aseguraba el INSS.
Paralelamente, añadimos que esta abogada había vivido periodos de crisis con episodios de rabia, agresividad verbal, conflictos familiares y sociales.
Una comparación reveladora
La jueza estudió las pruebas que presentamos y señaló que, comparando la patología principal que dio lugar a la incapacidad absoluta de Nadia -trastorno distímico de la personalidad de estado grave- con sus dolencias actuales, no había habido una mejora en su estado de salud sino todo lo contrario: una agravación y una cronificación, "a pesar de la buena predisposición de la paciente a los tratamientos".
Pocos días después, se emitió la sentencia que nos dio la razón, donde la juzgadora condenaba al INSS a devolver a esta compañera abogada su pensión de incapacidad absoluta, prestación que conlleva un cobro mensual del 100% de la base reguladora.
Visualiza o descárgate la resolución aquí:
