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Su trabajo vendiendo vino fue su condena, pero ahora tiene la Total por alcoholismo y depresión

Su trabajo vendiendo vino fue su condena, pero ahora tiene la Total por alcoholismo y depresión

featuredPau era autónomo y abrió una tienda de vinos, pero acabó sufriendo alcoholismo. La adicción, posteriormente, le llevó a una depresión y a problemas de memoria, entre otros. Pero el INSS se negaba a darle una pensión de incapacidad permanente, algo que cambió cuando fuimos a juicio. Esta etapa de su vida no ha sido fácil, pero al menos ahora ha vencido.

Hasta el límite del intento de suicidio

En febrero de 2020 este empresario tuvo que ser ingresado por intentar quitarse la vida, pero en aquel momento llegó el coronavirus paralizando todo. Año y medio después, pudo comenzar las gestiones de su incapacidad por vía administrativa. Sin embargo, llegado ese momento la Seguridad Social consideró que Pau no merecía una pensión de incapacidad permanente.

En el informe de síntesis del tribunal médico se podía leer que el trabajador padecía un “trastorno depresivo recurrente” y otro por consumo de alcohol, además de una fractura ósea en el brazo. A dicho diagnóstico se añadían dificultades de memoria y atencionales, pero “sin datos en el estudio que indiquen un origen neurodegenerativo primario”. Pese a todo esto, recordemos que el INSS no se había mostrado proclive a reconocerle una incapacidad.

Nuestros alegatos

Tras presentar la demanda, el juicio se celebró en abril de 2022 en el Juzgado de lo Social nº 44 de Madrid. Allí probamos que su alcoholismo (tras un periodo de abstinencia que ya finalizó) se estaba tratando con “estrategias de afrontamiento y prevención”. Y, sobre todo, que su depresión no solo era recurrente, sino que se había calificado como depresión mayor.

En cuanto a su situación actual, acreditamos que nuestro cliente estaba en tratamiento farmacológico pero con un “ánimo depresivo”. Y recordamos a la jueza que padecía pérdidas de memoria basada en “frecuentes fallos amnésicos más dificultades de atención y concentración''.

Por último, alegamos una alteración del equilibrio -en seguimiento por neurología- y la afectación de los efectos secundarios derivados del tratamiento al que se encontraba sometido.

Un exhaustivo análisis

En la sentencia que se emitió después, la magistrada hace un minucioso análisis del estado de salud y las limitaciones de Pau. En primer lugar resalta que sus afecciones le limitan “orgánica y funcionalmente para actividades de concentración y mentales”. Y que esto se debe a la mezcla de la depresión mayor y el aún latente alcoholismo en tratamiento.

En esa línea, la juzgadora concluyó que “es evidente que la pluripatología descrita que presenta el actor le producen una limitación para todas o las fundamentales actividades laborales de su profesión habitual”.

La resolución judicial acaba condenando a la Seguridad Social a otorgar a este comerciante de vino una incapacidad permanente total, una pensión del 55% de su base reguladora mientras siga dado de alta en el RETA, y del 75% cuando se dé de baja como autónomo y no ejerza ningún otro empleo.

Lee la sentencia del tribunal de Madrid aquí:

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