Marcial solo había conocido negativas, tanto del INSS como del Juzgado de lo Social de Barcelona. Pero acudimos con él al Tribunal Superior de Justicia y fue entonces cuando consiguió su pensión de incapacidad permanente. Nuestro cliente, camarero de profesión, no podía creer haber conseguido al fin lo que llevaba solicitando nada menos que desde 2017.
Primera fase fallida
En marzo de 2017, el INSS denegaba a Marcial su petición de incapacidad permanente al considerar que su cuadro clínico, basado en un diagnóstico de fatiga crónica, no le causaba “limitaciones psicosociales ni funcionales”. Pero este trabajador padece, además de fatiga crónica, otras dolencias como la hipoacusia -pérdida de audición-. Por esta razón, insistió a la Seguridad interponiendo una reclamación previa, pero se desestimó su caso.
Marcial demandó al INSS en mayo de ese mismo año ya que cada día le costaba más desempeñar su trabajo, pero tras celebrarse un juicio en el Juzgado de lo Social nº 10 de Barcelona, la sentencia -que se emitió ya a comienzos de 2019- apoyó la postura de la Seguridad Social y este camarero no logró tampoco la incapacidad por esta vía. Ni siquiera se tuvo en cuenta que al demandante en 2018 un informe de la Generalitat Valenciana puso de manifiesto que estaba afectado de una dependencia leve.
En este caso intervino un forense, y aunque su informe era a favor de nuestro cliente, la jueza no lo tuvo en cuenta. Eso nos ayudó después cuando le defendimos en el Tribunal Superior.
Argumentos ante el Tribunal Superior
En el recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, nuestro equipo de abogados solicitó en primer lugar que la fatiga crónica de Marcial fuera catalogada de grave. A su vez, pedimos que se añadiera la patología de fibromialgia y también la hipoacusia, debido a que nuestro cliente tiene dificultades de comprensión del lenguaje en ambientes ruidosos. Y, finalmente, añadimos como prueba una discapacidad del 65% que le había sido aprobada por la Generalitat de Catalunya.
Los magistrados nos dieron la razón y, tal como se afirma en la sentencia, “la fibromialgia y la fatiga crónica que sufre, así como la disminución auditiva, entendemos que le causan importantes limitaciones para su trabajo de camarero, la cual tiene que desarrollar en pie y deambulando casi continuamente, así como desarrollar conversaciones en un ambiente ruidoso que tiene que comprender adecuadamente para llevar a cabo su trabajo de atención al público”.
Incapacidad total con efectos retroactivos
En definitiva, los jueces condenó al INSS el pasado 15 de noviembre a otorgar a nuestro defendido una incapacidad permanente total, que le da derecho a una pensión del 55% de su base reguladora. Se revoca así la resolución judicial del Juzgado de lo Social, hecho que viene acompañado de la concesión del cobro de atrasos. Por tanto, a Marcial, además de su mensualidad, se le ha ingresado una cantidad adicional porque la fecha de efectos de esta incapacidad conseguida en el alto Tribunal es de 2017.
¿Quieres leer tú mismo la sentencia? Puedes hacerlo aquí: