¿Qué es la conciliación laboral por despido?

¿Qué es la conciliación laboral?

La conciliación laboral es el primer paso en el proceso de resolución de conflictos entre empleadores y personal contratado. Antes de recurrir a los tribunales, ambas partes han de intentar resolver sus diferencias de manera extrajudicial. De lo que se trata, en realidad, es de una reunión ante un tercero (un letrado de un organismo llamado SMAC o Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación, no un juez), quien actúa como un testigo imparcial de la negociación entre las partes. No tiene poder de decisión, sino que tan solo toma nota de lo sucedido -haya consenso o no- y levanta un 'acta de conciliación laboral'. 

El acto de conciliación laboral es un requisito previo obligatorio recogido en la Ley reguladora de la Jurisdicción Social, y tiene como objetivo evitar un largo proceso legal: celebración del juicio, espera de la sentencia... En términos más técnicos, es una manera de ahorrar energía procesal. Esa es la naturaleza de este mecanismo, que es la conciliación laboral.

¿Cuándo hay que ir a un acto de conciliación?

Si hablamos de conciliación laboral, el ejemplo más común es la reclamación de un despido. Si un trabajador no considera justificada la acción empresarial y desea reclamar, debe realizar el procedimiento de conciliación. Pero hay otras situaciones donde también es necesario pasar por este trámite antes de ir a juicio si la persona no está conforme, como son:

• sanciones disciplinarias (si no se está conforme)
• reclamaciones de cantidad (cuando el trabajador exige dinero que se le debe)
• reconocimiento de derechos laborales
• desacuerdo en la clasificación profesional
• finalización de contrato a instancia del trabajador
• conflictos colectivos

¿Cómo se desarrolla el acto de conciliación?

No puede haber acto de conciliación si antes no se ha interpuesto la denominada 'papeleta de conciliación laboral'. Dicha papeleta es la solicitud de la conciliación, y puede presentarse de forma física, electrónica o mediante correo administrativo. Pero siempre en el SMAC o Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación de la comunidad autónoma que corresponda -ya sea en función del lugar donde se ha prestado el servicio profesional o la residencia de las partes involucradas, según la elección del solicitante-. 

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¿Qué se hace en un acto de conciliación laboral?

Una vez presentada y registrada la papeleta, se cita a ambas partes a través de una notificación donde se indica la fecha y la hora en la que tendrá lugar el acto de conciliación. Cuando finalmente se lleva a cabo la reunión entre empleador y empleado, este último puede ir o no acompañado de un abogado. Pero es aconsejable contar con representación legal para tener más posibilidades de alcanzar un pacto y que, a su vez, sea ventajoso.

No obstante, en el propio acto no se discute, sino que lo habitual es que los letrados charlen fuera de la sala y comuniquen la propuesta a sus representados, quienes finalmente deciden si aceptarla o no. Y después, se pasa a ratificar lo sucedido ante el miembro del SMAC, responsable de redactar un acta de conciliación laboral. Aunque el funcionario mediador también puede cooperar a la hora de acercar posturas, con medidas de conciliación laboral.

En ese sentido, pueden ocurrir dos cosas: que se alcance un punto en común y todo quede resuelto, o que una de las partes no esté conforme (dándose por terminado el acto sin avenencia). 

La consecuencia inmediata de la falta de avenencia es que puede presentarse un demanda ante los juzgado de lo Social, puesto que se ha cumplido el requisito previo del acto de conciliación laboral. 

¿Quién acude al acto de conciliación?

En una conciliación laboral, la asistencia es obligatoria para las partes involucradas. Tanto los trabajadores como los empleadores deben participar en la convocatoria. Sin embargo, pueden optar por comparecer personalmente o designar a alguien que les represente. En el caso de una persona despedida, aquí es donde entra en juego el papel del abogado, quien se puede hacer cargo de la situación y aportar tranquilidad a su "defendido", como señalábamos antes.

¿Qué pasa si el trabajador no va a la conciliación?

Si el solicitante de la papeleta -o su representante- no acude posteriormente al acto, se considerará que la papeleta de conciliación laboral no ha sido presentada, ya que la falta de comparecencia demuestra falta de interés y, por lo tanto, se equipara a un abandono del proceso, el cual se archiva.

Por el contrario, si la ausencia se puede justificar y ha sido debida a una razón de peso, el juzgado puede dictar que ha quedado cumplido el trámite de la conciliación previa.

¿Y si es el empresario quien no asiste?

Si no compareciera algún representante de la empresa, debidamente citado, este contratiempo (si no se aporta una causa justificada) se hará constar expresamente en el acta de conciliación. Y se interpretará que la conciliación ha sido intentada sin efecto. Esto supone que se impondrán las costas del proceso al empleador, incluidos los honorarios -hasta un límite de 600 €- del letrado o graduado social del trabajador.

Pero, ¡atención!, todo esto solo se cumplirá si la futura sentencia que se dicte coincidiera con la pretensión del empleado, es decir, con lo plasmado en la papeleta de conciliación.

¿Cuánto tiempo tarda una conciliación laboral? Plazos

Ahora que ya sabes qué es la conciliación laboral, vamos a aclarar el asunto de los plazos, que a priori no es sencillo. En primer lugar, tengamos en cuenta que el plazo para interponer una demanda en el juzgado de lo Social en casos de despido, sanción disciplinaria o resolución de contrato es de 20 días hábiles a contar desde la fecha del despido. Pero, como hemos visto a lo largo de este artículo, antes de presentar la demanda se ha de presentar la papeleta ante el SMAC. ¡Y cuanto antes, mejor! Porque, concretamente, dispones de 15 días hábiles para que tenga lugar el acto de conciliación laboral, por despido u otra de las causas que hemos enumerado anteriormente.

Pero para tu tranquilidad, es importante destacar aquí que la presentación de la solicitud de conciliación suspende el plazo de caducidad de 20 días hábiles (el fijado para la demanda). Y el cómputo de los días se reanuda al día siguiente del acto de conciliación.

Resultados del acto de conciliación

Conclusión

Si las partes llegan a un consenso en la conciliación, eso supone la finalización del conflicto, con lo que se evita el proceso judicial. Y respecto al acta de conciliación laboral emitida por el letrado, lo ahí acordado tiene fuerza legal, sin necesidad de que intervenga un juez. En contrapartida, y curiosamente, si alguna de las partes afectadas se "arrepiente", el pacto puede ser impugnado tanto por cualquiera de ellas, así como por terceros que pudieran sufrir algún perjuicio causado por las medidas de conciliación laboral.