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Despido improcedente: qué es, consecuencias, cómo actuar y sentencias

Despido improcedente: qué es, consecuencias, cómo actuar y sentencias Despido improcedente: qué es, consecuencias, cómo actuar y sentencias

¿Cuándo un despido es improcedente? ¿Qué puede causarlo? ¿Y cuáles son las consecuencias si finalmente se declara? ¿A cuánto asciende la posible indemnización?

En este post te aclaramos todas estas dudas, y te informamos sobre el procedimiento, para que conozcas cómo actuar y cada paso a dar. 

Además, te facilitamos ejemplos de sentencias de despido improcedente que hemos ganado en este despacho, así como sentencias recientes de altos tribunales, para que veas diferentes situaciones que pueden derivar en despidos improcedentes.

Índice de contenidos

  1. Definición y causas del despido improcedente
  2. Otras causas de despido improcedente
  3. Consecuencias del despido improcedente
  4. ¿Cómo actuar frente a un despido improcedente?
  5. Sentencias de despido improcedente
  6. Conclusión

Definición y causas del despido improcedente

Un despido puede llegar a declararse procedente, nulo o improcedente. Si se da esta tercera opción (despido improcedente) significará que al trabajador le han echado sin una razón justificada, por un motivo que no se ajusta a las leyes.

No obstante, pese a que pueda haber motivos que lo justifiquen, un despido también será improcedente si el empresario no acredita suficientemente la causa que alega en la carta de despido pasa cesar al empleado (o lo hace con vaguedades). Esto conlleva que no se pueda corroborar lo argumentado por la empresa,  lo que se denomina “falta de prueba”.

También hay improcedencia si...

Puede ocurrir que, aunque la razón del despido sea procedente (justa), la forma de comunicarlo formalmente no se ajuste a la normativa. Por ejemplo, que se eche a la persona verbalmente y no mediante una carta de despido que cumpla todos los requisitos legales. Por este motivo el cese también podría ser considerado improcedente, al igual que lo sería si no se pone a disposición del empleado la indemnización y/o finiquito correspondiente.

Asimismo, y según dictó el Tribunal Supremo en noviembre de 2024, también habrá improcedencia si antes de un despido disciplinario al trabajador no se le da la oportunidad de defenderse. Esto se traduce en que la empresa debe ofrecer al empleado la posibilidad de una audiencia previa al cese, de forma que este ya no puede ser totalmente inmediato.

Nota: el despido disciplinario que acabamos de mencionar es, junto al despido objetivo, las dos únicas clases de despido en España. Y ambas pueden llegar a calificarse de improcedentes.

Otras causas de despido improcedente

Aparte de las causas que hemos enumerado en el apartado anterior, también existirá improcedencia si se comprueba que la empresa miente. Por ejemplo, si se argumenta que el trabajador llega tarde a su puesto todos los días y en realidad no ha sido así, dando testimonio de ello sus compañeros.

Asimismo, otra muestra de despido improcedente sería si la falta/incumplimiento del trabajador no es tan grave ni contundente como para expulsarlo de la empresa (por ejemplo, si te echan por la sola razón de haber fumado un día en zonas donde no está permitido). O que ejecute labores incorrectamente pero debido a una falta de información -o formación- por parte de sus superiores.

El caso contrario: despidos que no son improcedentes

Por el contrario, hay que tener muy en cuenta que si la empresa no da al trabajador el debido preaviso -solo fijado para despidos objetivos-, o hay un error "excusable" en el cálculo de la indemnización o el finiquito, esto no significa que el despido sea improcedente. Sin embargo, en estas circunstancias, si se reclama con éxito, el empleador tendrá que abonar los salarios correspondientes a dicho periodo o la indemnización en su cuantía correcta, respectivamente.

 

Consecuencias del despido improcedente

Como consecuencia inmediata, y al igual que sucede con el despido procedente o nulo, el primer efecto del despido improcedente es el abandono obligatorio del trabajo, con la extinción del contrato. Pero la segunda es la indemnización. Aunque, ¡atención!, también puede haber una readmisión. Veámoslo al detalle.

1. Indemnización despido improcedente

La cuantía de la indemnización por despido improcedente es de 33 días de salario por año de servicio, pero con un máximo de 24 mensualidades. No obstante, hay una excepción donde cobra más: 45 días por año trabajado, siendo el tope aquí 42 mensualidades. Este segundo cómputo se aplica solamente a contratos celebrados antes del 12 de febrero de 2012. Y únicamente para el tiempo trabajado antes de esa fecha. Los meses -o años-  transcurridos después del 12 de febrero de 2012 se abonarán a razón de 33 días por año. Independientemente de que el contrato laboral se hubiera firmado con anterioridad.

En conclusión, la cantidad de dinero que se recibe es más alta que si hubiera un despido procedente, en el cual la empresa debe pagar solo 20 días por año trabajado, hasta 12 mensualidades.

En los despidos improcedentes, las indemnizaciones fijadas tienen como finalidad proteger al ciudadano si se da un abuso del empresario en forma de despido injustificado.

Ejemplo de indemnización por despido improcedente

Teniendo en cuenta la normativa que hemos descrito, veamos un ejemplo:

Ernesto firmó su contrato laboral el 1 de enero de 2010 y le echaron el 7 de diciembre de 2016, siendo su salario diario de 50 €

  • Del 1/1/10 al 11/2/12) = 50 € diarios x 26 meses x 3,75 (resultado de 45 días por año entre 12 meses) = 4.875 €.
  • Del 12/2/12 al 7/12/16) = 50 € diarios x 58 meses x 2,75 (resultado de 33 días por año entre 12 meses) = 7.975 €.
  • Por último, se suman ambas cifras: 4.875 + 7.975 = 12.850 €. Esta sería la indemnización a la que se tendría derecho.

2. Readmisión por despido improcedente

¿Puede recuperarse el puesto de trabajo si el despido es improcedente? La entrega de la indemnización permite al contratador la extinción del contrato laboral, de manera que el ex empleado pasa a encontrarse en situación legal de desempleo. Pero, como avanzábamos antes, el empresario también puede optar por readmitir a la persona -una vez constatada la improcedencia-. En dicho supuesto, se han de abonar al trabajador los salarios de tramitación, que son los días que no estuvo activo por el despido y que, si se reincorpora, debe cobrar.

Si finalmente se hace realidad la readmisión, es obligatorio reintegrar la indemnización previamente percibida. Aunque para ello hay que esperar una sentencia que declare la improcedencia y que, además, esta sea firme.

¿Y si así se determina en la sentencia pero después no es posible la readmisión? ¿Qué pasa si el trabajador se niega o si la empresa ya no tiene disponible ese puesto, por ejemplo? ¿O directamente no quiere volver a contar con esa persona en su plantilla? En esos casos, el afectado no tiene que devolver la indemnización. Y, como valor añadido, se ha de recalcular el importe de la indemnización hasta la fecha de la resolución judicial, y la parte condenada tiene que transferir esa diferencia.


¿Cómo actuar frente a un despido improcedente?

En contraposición al despido procedente, que solo lo puede dictar un juez, un despido improcedente puede ser reconocido, de inicio, por el empresario en la carta de despido. En esas circunstancias, la indemnización será de 33 días por año. Y no habría necesidad de ir a juicio, ya que la empresa lo ha “confesado” y ha pagado consecuentemente. Pese a ello, lo más correcto es pasar por un acto de conciliación, como mero trámite para que se registre correctamente la improcedencia (aunque no haya nada que discutir al respecto). 

La cuestión es que en muchas ocasiones no ocurre así, y un despido supuestamente procedente según la empresa -con indemnización de 20 días por año-, puede acabar siendo calificado como improcedente. Hay dos formas de que esto llegue a suceder:

Acto de conciliación

Si deseas, tras un posible despido improcedente, reclamar, lo primero es intentar alcanzar un acuerdo con la empresa en el llamado acto de conciliación (paso obligatorio antes de pasar a la vía judicial). Esta reunión se realiza en el SMAC: Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación. Y para solicitarla se ha de interponer una papeleta de conciliación, como trámite previo.

En este encuentro, la inicial decisión unilateral del empresario puede ser reconsiderada y la empresa puede aceptar que el despido ha sido improcedente, comprometiéndose a abonar la pertinente indemnización. 

El plazo para interponer la papeleta de conciliación es de 20 días (hábiles) desde que el despido es notificado formalmente. Sin embargo, el tiempo desde que se presenta la papeleta hasta el propio acto de conciliación no consume días de dicho periodo.

Juicio por despido improcedente

Cuando no hay consenso entre las partes, si el afectado decide continuar con el proceso para obtener la indemnización por despido improcedente que merecería, se puede presentar una demanda judicial. Si los tribunales la admiten, tendría lugar un juicio. Allí un juez puede calificar el despido como improcedente, a través de una sentencia que declare la improcedencia.

El plazo para la presentación de la demanda es de 20 días hábiles desde la comunicación del despido. Pero, como acabamos de señalar, el cómputo de días se paraliza durante el tiempo que dure el procedimiento de la conciliación.

Sentencias de despido improcedente

Te mostramos, a continuación, casos que hemos vivido en primera persona en este bufete.

Indemnización de 30.000 euros por no poder probar una acusación

En Campmany gestionamos un caso de despido improcedente a una trabajadora que, estando de baja, fue despedida porque, según su empresa, estaba fingiendo su enfermedad

Nuestra cliente asistía a eventos durante su incapacidad temporal, y era seguida por un detective contratado por su jefe. Pese a ello, no pudieron demostrar que acudir a estos actos perjudicara su recuperación médica o evidenciara una renovada capacidad de trabajo.

Paralelamente, desde su empresa sostenían que la empleada tenía un negocio propio en el que ejercía de forma efectiva como comercial, algo que tampoco pudieron probar. Finalmente, a nuestra defendida le correspondió una indemnización de 30.488,37 €. Puedes leer esta resolución judicial de despido improcedente aquí.

Despedido 2 minutos después de comunicar su baja por ansiedad

Otro ejemplo de despido improcedente que hemos conseguido en este despacho es el de un electricista a quien presionaban para que no completara sus vacaciones y volviera a la empresa, lo derivó en una baja médica por ansiedad.

La sentencia dictó que el despido no fue justificado ya que tuvo lugar durante su baja; de hecho, solo dos minutos tras notificarla. El juez nos dio la razón confirmando la improcedencia del despido, como puedes leer en este enlace, y obligó a la empresa a elegir entre readmitirle o abonarle una indemnización de 5.275,09 €.

No se trató de despido nulo, como hubiera correspondido según la norma de los despidos en situaciones de incapacidad temporal, porque en el caso hubo otros condicionantes -paralelos a la propia baja médica- que daban más fuerza a la calificación de improcedencia.

Sentencias recientes de tribunales superiores: 2025

Roba productos pero no se le concede audiencia para defenderse

Anteriormente, en este artículo, hemos visto que si se quiere emitir un despido disciplinario -por una acción donde existe culpa grave del trabajador- es obligatorio ofrecer al afectado la oportunidad de defenderse de las acusaciones en una audiencia previa en la empresa. Y que si no se sigue este protocolo, se considerará que el cese ha sido improcedente.

Eso es exactamente lo que relata la resolución 80/2025 del TSJ de Illes Balears del 12 de febrero de 2025: una trabajadora de un centro comercial fue despedida por sustracción de productos (en concreto, un probador de perfume), tras ser captada por las cámaras de seguridad. Sin embargo, como su empleador no le dio opción a pronunciarse al respecto, se ha confirmado la improcedencia del despido.

La libertad de expresión ampara las críticas privadas a compañeros

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, a fecha 9 de mayo de 2025, también ratificó en su sentencia 445/2025 que era improcedente el despido de un auxiliar de vuelo por "presionar" a los compañeros vía grupos de WhatsApp y Telegram. En dichos canales, el tripulante criticaba a la compañía aérea, pero también a algunos de sus trabajadores por no tener suficiente espíritu obrero para exigir mejores condiciones laborales, y fue echado por ese motivo (tras la denuncia de una empleada que se sintió acosada).

Si embargo, el TSJ de Madrid, sostiene que el protagonista de esta historia escribió esos mensajes en un grupo privado y "fuera de lugar y tiempo de trabajo, y en el uso evidente de su libertad de expresión"

¿Vale la pena reclamar un despido improcedente?

Conclusión

Si hay visos de despido improcedente, reclamar es una opción que no deberías descartar, y meditarlo "en frío", ya que quizá durante los primeros días estés confundido y no te atraiga el hecho de adentrarte en el proceso de redclamación, lo que es algo absolutamente normal.

Pero si decides dar el paso puedes lograr un acuerdo o sentencia que declare la improcedencia, para percibir una indemnización de 33 días salario por año de servicio, con la regulación actual. 

Se muestra una imagen de Marc Nicolau Hermoso
Acerca de

¡Hola! Mi nombre es Marc Nicolau y soy abogado especialista en Derecho Laboral y de la Seguridad Social con más de diez años de experiencia. Ayudo a mis clientes a encontrar una solución a sus problemas, ya sea consiguiendo el reconocimiento de una Incapacidad Permanente ante el INSS o los Juzgados o asesorándoles en casos de despido.

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