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Finiquito por despido procedente: ¿tienes derecho a cobrar?

¿Qué es el finiquito? ¿Tienes derecho a que te lo paguen? ¿Es lo mismo finiquito que indemnización?

Te respondemos a estas preguntas.

Cuánta mayor información tengas sobre qué es el finiquito y qué debe pagarte la empresa, mayor seguridad tendrás a la hora de exigir tus derechos.

Eso sí, como siempre, te aconsejamos que consultes a un abogado laboralista si el empresario te pone algún problema a la hora de pagarte el finiquito.

Finiquito por despido procedente: ¿tienes derecho a cobrar?

Índice de contenidos

  1. ¿Qué es el finiquito?
  2. Despido procedente y sus implicaciones
  3. Situación del trabajador tras un despido
  4. Obligaciones de la empresa

Finiquito por despido procedente: ¿qué es y qué lo diferencia de la indemnización?

Básicamente el finiquito es lo que a la empresa le falta por pagarte una vez se haga efectivo el despido.

La indemnización, por el contrario, es una compensación económica que la empresa está obligada a darte a causa de los daños que el despido produce.

Visto así puede parecer sencillo de entender, pero hay situaciones dentro de un despido procedente donde la empresa estará obligada a abonarte ambos conceptos: finiquito e indemnización.

Concepto de finiquito por despido procedente

El finiquito por despido procedente es un documento que la empresa debe entregarte cuando esta pone fin a la relación laboral de forma justificada y acorde a la normativa.

En este documento se van a recoger todas las obligaciones económicas y laborales de la empresa hacia ti como trabajador, una vez que se haga efectivo el despido procedente (aunque también se aplica a los improcedentes).

Eso sí, nunca incluirá la indemnización.

Contenido del finiquito por despido procedente

El contenido del finiquito por despido procedente puede variar según cada situación laboral específica, pero, en general, debe incluir los siguientes elementos:

  • Total de salarios pendientes de pago hasta la fecha del despido.
  • Horas extras realizadas y no remuneradas.
  • Compensación por las vacaciones no disfrutadas.
  • Pagos correspondientes a conceptos adicionales, como comisiones o incentivos.
  • Otros conceptos económicos derivados de la relación laboral.

Es importante tener en cuenta que el finiquito por despido procedente debe ser un documento claro y detallado, en el que se reflejen de forma precisa todos los conceptos económicos que te corresponden como trabajador.

Además, te lo deben dar en el momento de la finalización de la relación laboral, es decir, cuando te entreguen la carta de despido (o durante el período de preaviso previo al despido en caso de despido objetivo por causas empresariales).

Concepto de despido procedente y sus implicaciones

En este punto, queremos aclararte qué es y qué no es despido procedente, para que puedas hacerte una idea más clara de por qué se debe abonar un finiquito.

El despido procedente es aquel referido a la terminación del contrato de trabajo por parte del empleador de forma justificada y amparada por la ley.

Implica que el despido ha sido realizado de acuerdo con los requisitos legales establecidos en el Estatuto de los Trabajadores.

La empresa no puede declarar que un despido es procedente; debe hacerlo un juez. Pero sí puede emitir un despido correctamente que, a posteriori, en el juzgado se considere procedente. Esto ocurre cuando el trabajador reclama

Se podría decir que existen tres "tipos" de despidos procedentes:

Despido disciplinario procedente

El despido disciplinario se puede producir si, como trabajador, cometes una falta grave que justifique la finalización inmediata de tu contrato de trabajo. Y que justifique tu despido inmediato -aunque, al menos tendrás la posibilidad de una audiencia previa para defenderte de lo que se te acuse-

Algunas faltas graves pueden ser el incumplimiento reiterado de las obligaciones laborales, el abuso de confianza, el acoso laboral o la comisión de un delito grave en el lugar de trabajo.

En este tipo de cese, si es procedente, no tendrás derecho a recibir indemnización por despido, ya que se considera que tu conducta ha sido causa directa de la finalización del contrato laboral.

Sin embargo, tienes derecho al abono del finiquito, que incluye el pago de salarios pendientes, horas extraordinarias y vacaciones no disfrutadas, entre otros posibles conceptos.

Despido objetivo

Un despido objetivo se llevará a cabo cuando la empresa para la que trabajas decide finalizar tu contrato por causas relacionadas con exclusivamente con la marcha del negocio, por ejemplo, con la producción o con la organización del trabajo.

Algunas causas comunes de un despido objetivo procedente pueden ser la disminución de ingresos, la reestructuración de la empresa o los cambios aplicados por nuevas tecnologías.

En este tipo de despido, si es procedente -o lo aceptas sin reclamar-, tendrás derecho a una indemnización de 20 días por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.

Además, como empleado también tendrás derecho al abono del finiquito, que te hemos explicado en el punto anterior.

Despido colectivo (ERE)

Dentro del despido objetivo tenemos una subcategoría especial, que es el despido colectivo, más conocido como ERE (expediente de regulación de empleo). El despido colectivo puede ser procedente o improcedente, pero si se ajusta a la legalidad, en un juicio sería calificado como procedente.

Este tipo de despido da cuando la empresa realiza una reducción de plantilla de forma generalizada, afectando a un número significativo de trabajadores al mismo tiempo.

Esta clase de ceses puede ser consecuencia de una reestructuración empresarial, una falta de viabilidad económica o tecnológica, o cualquier otra causa objetiva que justifique la reducción de personal.

En los despidos colectivos procedentes, tanto tú (si te encuentras en esta situación) como el resto de trabajadores despedidos tienen derecho a una indemnización de 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.

Además, también tenéis derecho al abono del finiquito, en los mismos términos que los dos casos anteriores.

Situación del trabajador tras un despido procedente: derecho a prestaciones por desempleo

Tras un despido procedente en España, es importante conocer en qué situación te encuentras y los derechos a los que puedes acceder en cuanto a prestaciones y subsidios.

En primer lugar, debemos destacar que, aunque el despido haya sido considerado procedente, el trabajador queda en situación legal de desempleo. Y da lo mismo si el despido se produce por causas disciplinarias.

Esto te concede el derecho a solicitar y acceder a prestaciones por desempleo, siempre y cuando hayas cumplido con los requisitos de cotización exigidos. Este soporte económico te ayudará a cubrir parte de tus necesidades económicas mientras buscas un nuevo empleo.

No obstante, hay tener en cuenta que la cuantía y duración de las prestaciones por desempleo varían en función de diferentes factores, como el tiempo cotizado. Por tanto, es recomendable informarse en detalle sobre los requisitos y condiciones para acceder a estas prestaciones.

También es preciso puntualizar que, aunque el trabajador deba cobrar el finiquito y pueda acceder a prestaciones por desempleo, en principio no puede volver al puesto de trabajo tras un despido procedente (naturalmente porque la empresa no querrá).

Sin embargo, ten presente que el empresario puede retractarse del despido durante el período de preaviso (pese a que este solo se da en los despidos objetivos), lo que evitaría la extinción laboral, y por tanto el despido.

Obligaciones de la empresa ante un despido procedente

En el caso de un despido procedente, la empresa deberá cumplir con ciertas obligaciones de acuerdo con la legislación laboral:

  • Entregar la carta de despido: deberá darte una carta de despido donde se expongan de forma clara y detallada los motivos de la decisión, así como la fecha de efectos del despido. Si quieres reclamar, es esencial que tengas esta carta de despido.
  • Obligación de pagar el finiquito: la empresa, forzozamente, tiene que liquidar todas las deudas pendientes contigo, incluyendo salarios devengados, horas extraordinarias, vacaciones y otros conceptos adeudados.
  • Pago de indemnización: en el caso de un despido objetivo o colectivo, deberá abonarte una indemnización equivalente a 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 12 mensualidades.
    Sin embargo, recuerda que si se trata de un despido disciplinario, no tendrás derecho a recibir ninguna indemnización.

Cabe destacar que estas son solo algunas de las obligaciones principales de la empresa ante un despido procedente.

La legislación laboral en España contiene más disposiciones y especificidades en relación con este ámbito jurídico. Y cada caso es diferente, por lo que es fundamental contar con asesoramiento legal adecuado para el tuyo en particular.

Sentencias relacionadas

Preguntas frecuentes

El finiquito es el pago de las deudas pendientes con el trabajador (salario, vacaciones, etc.) mientras que la indemnización es una compensación por los daños del despido (solo en despidos objetivos o colectivos).

Salarios pendientes, horas extras, vacaciones no disfrutadas, y otros conceptos económicos adeudados.

Sí, aunque no tengas derecho a indemnización.

Acceso a la prestación por desempleo, siempre que cumplas los requisitos de cotización.

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