El INSS equipara su depresión mayor con un bajo estado de ánimo

Este comercial cobraba una pensión de incapacidad absoluta desde 2018, a causa de su depresión mayor. Pero en una revisión de grado, el INSS rebajó su grado de incapacidad al de total con un argumento sorprendente. Debido a ello, perdió el 45% de sus ingresos como pensionista. Pero se puso en contacto con nosotros, y tras valorar su caso y vimos que era viable vencer a la Seguridad Social en los tribunales. De este modo, Bernardo, nuestro cliente, ha recuperado el 100% de su pensión de incapacidad permanente.

Absoluta por sentencia en 2018

No era la primera vez que Bernardo se enfrentaba a la entidad pública. La incapacidad absoluta de la que era titular también la obtuvo tras demandar al INSS y ganar un juicio en 2018. Por vía administrativa no se la querían conceder. Pero sus patologías, analizadas por un juez, no dejaron lugar a duda de que estaba incapacitado para todo tipo de trabajo.

En aquella sentencia se reflejaba que este comercial estaba afectado de un trastorno depresivo mayor recurrente. Y que, además, padecía lumbalgia crónica y pérdida de visión por retinopatía diabética. Quedó acreditado entonces que esta última enfermedad le provocaba limitaciones funcionales, lo que se sumaba a la severidad de su depresión.

Revisión inesperada del INSS

En 2021, y aunque no es muy frecuente que las incapacidades conseguidas por vía judicial sean revisadas, el trabajador fue convocado a una revisión de grado. Tras evaluar sus afecciones en aquel momento, el INSS resolvió que Bernardo solo sufría un "trastorno del estado de ánimo, sin clínica impeditiva". En conclusión, negaba la existencia de su grave depresión y la reducía a un bajo estado anímico. 

A raíz de dicho informe, Bernardo pasó de percibir una prestación del 100% de su base reguladora a otra del 55%, ya que le redujeron el grado a una incapacidad total.

Se consideraba así que el pensionista había mejorado y ya no estaba limitado para cualquier profesión, sino solo para la suya u otras donde las tareas fueran similares. Pero esto no era cierto y fuimos a juicio.

Discapacidad del 65%

En la actualidad, Bernardo tiene reconocido un 65% de discapacidad por los servicios sociales. Este certificado se lo otorgaron en 2022, por lo que pudimos utilizarlo para reforzar la carga de la prueba en el acto del juicio, ya que este se celebró en noviembre de ese año.

Normalmente, la discapacidad no es muy relevante si hablamos de razones de peso para una posible incapacidad permanente, excepto si el grado es muy alto, como en este caso. Por eso decidimos presentar este tipo de alegación, que influyó positivamente en la decisión final del magistrado del Juzgado de lo Social nº 28 de Barcelona. 

Absoluta con atrasos

Lo esencial, aparte de lo comentado en el punto anterior, fue que pudimos probar que nuestro cliente seguía afectado de depresión mayor, así como de las otras patologías que ya se incluyeron en la primera resolución judicial.

De hecho, el juzgador resaltó que no solo no había mejorado, como argumentaba el INSS, sino que su cuadro clínico había "progresado", es decir, empeorado, siendo aún más invalidante. Nada comparable a un simple cambio del estado de ánimo, ni que justificara que le hubieran rebajado su pensión hasta una incapacidad total.

Por tanto, le restituyó su incapacidad absoluta inicial del 100% de su base reguladora. Asimismo, condenó a la Seguridad Social a abonarle los atrasos correspondientes de la diferencia (el 45%), computándose para ello todo el periodo en el que estuvo percibiendo solamente el 55% de su base reguladora. 

Lee o descarga la sentencia aquí: