Despido procedente: te lo contamos todo
El despido procedente no es más que un despido justificado.
Ser despedido normalmente afecta psicológicamente, pero si has sido despedido de forma procedente (porque así lo ha dictado un juez), es que la empresa tenía derecho a despedirte por una causa que estaba justificada.
A partir de estas líneas te explicaremos qué implica un despido procedente, cómo se diferencia de un despido improcedente y los requisitos necesarios para que sea declarado “procedente”.
Además te mostramos cuál debe ser la indemnización, cómo calcular el finiquito, y si es posible provocar un despido procedente, así como los aspectos relacionados con el preaviso y las causas para llevar a cabo un despido procedente.
Por tanto, son muchos conceptos los que debes tener en cuenta.

Índice de contenidos
¿Qué es el despido procedente?
El despido procedente es una terminación del contrato de trabajo que se realiza de acuerdo con la legislación laboral y los términos del contrato. Pero que sea procedente solo lo puede determinar un juez.
Dicho con palabras más comprensibles: en vía judidicial, se demuestra que la empresa tiene una razón justificada para poner fin al contrato, y lo hace siguiendo el proceso legal establecido.
Diferencias entre despido procedente e improcedente
La principal diferencia entre un despido procedente e improcedente radica en la justificación del despido.
- En un despido procedente, la empresa tiene una causa válida y legal para poner fin al contrato. Por ejemplo, un incumplimiento grave por parte del trabajador.
- En contraposición, en un despido improcedente no existe una causa justificada o no se han seguido los trámites adecuados, lo que lo convierte en contrario a la legislación vigente.
Qué requisitos se han de cumplir para que sea un despido procedente
Para que un despido sea considerado procedente, deben cumplirse los siguientes requisitos:
- Causa justificada: la empresa debe tener una razón justificada para despedir al empleado, y debe incluirla, o incluirlas, en la carta de despido porque luego no podrá alegar otros motivos distintos.
Esto puede incluir el incumplimiento grave de las obligaciones laborales, faltas de asistencia repetidas o un motivo económico justificado. - Cumplimiento del procedimiento legal establecido por ley: el despido debe llevarse a cabo siguiendo los procedimientos legales establecidos.
Esto incluye el preaviso de 15 días (en caso de despido por causas objetivas), el ofrecimiento de una audiencia previa donde el trabajador pueda defenderse (solo en despidos disciplinarios) y la notificación por escrito del despido -en todos los casos- - Respeto a lo reflejado en el contrato: la empresa debe asegurarse de que el despido cumple con los términos del contrato laboral.
¿La indemnización por despido procedente existe?
No, pero hay excepciones.
En primer lugar debes saber que, en general, el despido procedente por causas disciplinarias no conlleva el pago de ninguna indemnización. Eso sí, si te despiden por causas disciplinarias lo que sí te tienen que abonar es el finiquito (vacaciones no disfrutadas y horas o pagas extra generadas pero aún no cobradas).
En segundo lugar, si el despido procedente se produce por causas objetivas sí conlleva el pago de una indemnización. Esta es de 20 días por año trabajado, hasta un máximo de 12 mensualidades.
Cómo calcular el finiquito por despido procedente
Para realizar el cálculo del finiquito, que no es otra cosa que la parte del salario y otros conceptos ya devengados que a la empresa le falta por pagar al trabajador, los celementos a tener en cuenta -y que hay que sumar- son:
- El sueldo correspondiente a los días laborados desde el último pago de la nómina.
- La proporción de las pagas extraordinarias acumuladas pero no abonadas, en caso de no haber sido distribuidas a lo largo del año (prorrateadas).
- Las vacaciones generadas que no se hayan disfrutado.
- Las horas extraordinarias que no se hayan pagado todavía pero que se han realizado.
- Adicionalmente, pueden existir otras cantidades acordadas en el contrato laboral, por convenio colectivo o a través de un acuerdo empresarial, como bonificaciones, premios especiales, cumplimiento de metas, entre otros.
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Cómo calcular la indemnización por despido procedente por causas objetivas
El cálculo de la indemnización por despido procedente -en despidos objetivos, no disciplinarios- se basa en el tiempo que el trabajador ha estado en la empresa.
A continuación, se muestra un ejemplo práctico para calcular la indemnización:
Supongamos que un trabajador ha estado en la empresa durante cinco años y su salario mensual es de 2.000 €, es decir, cobra en 14 pagas un total de 28.000 €. En este caso, la indemnización se calcula de la siguiente forma:
- 28.000 €/365 días x 60 meses de antigüedad x (20 días/año/12 meses) = 7.671 €.
En este ejemplo, el trabajador tendría derecho a una indemnización de 7.671 € por su despido procedente.
¿Se puede provocar un despido procedente? ¿Cómo?
No es recomendable provocar un despido procedente de manera intencionada, ya que esto puede tener consecuencias legales negativas para ti como trabajador.
Sin embargo, lo que sí puedes hacer es tomar medidas legales a la hora de proteger tus derechos y evitar que la empresa te despida sin consecuencias si, realmente, el despido se ha producido de forma injustificada.
Preaviso y causas del despido procedente
En España, el preaviso es un aspecto importante en el despido procedente. Sobre todo porque depende del tipo de despido que vaya a producirse (objetivo o disciplinario).
La empresa debe notificar al trabajador con 15 días de anticipación sobre su intención de poner fin al contrato en el caso de que el despido sea por causas objetivas.
Pero en el caso de un despido disciplinario, la empresa no tiene por qué avisar al trabajador con antelación. Sin embargo, sí está obligada -desde noviembre de 2024- a conceder al empleado una audiencia previa al despido con el fin de que pueda defenderse de los hechos que alega el empresario. Esta decisión, que tomó el Tribunal Supremo, afecta a todos los despidos disciplinarios que tengan lugar a partir del 18 de noviembre de 2024.
Entre otras muchas causas que pueden llevar a un despido procedente se incluyen el incumplimiento grave de las obligaciones laborales, el acoso en el lugar de trabajo o incluso otro tipo de delitos como el robo, hurto o el mal uso de los datos de clientes o de información confidencial del negocio.
En conclusión, el despido procedente es un proceso regulado de forma legal, que permite a las empresas y demás empleadores poner fin a los contratos laborales de manera justificada.
¿Cuánto se cobra por despido procedente? Resumen
Todos los trabajadores tienen derecho a recibir un finiquito, y en el caso de que el despido sea por causas objetivas, una indemnización. Esta está basada en su antigüedad en la empresa, el salario percibido y los días legales establecidos por ley, en la actualidad 20 días por año trabajado hasta un máximo de 12 mensualidades.
Sin embargo, es importante cumplir con los requisitos legales y seguir los procedimientos adecuados para asegurarse, en caso de reclamación o demanda del trabajador, que el despido sea considerado procedente.
Siempre surgen muchas dudas en este tipo de despidos, así que es muy recomendable el asesoramiento legal para proteger tus derechos, ya seas empresa o trabajador.