Su alcoholismo le llevó a una depresión, y la depresión a una Incapacidad Absoluta

Fermín empezó a tratarse por su dependencia al alcohol en 2015. Pero aunque mostraba una evolución relativamente favorable, tuvo que retomar las medidas terapéuticas en 2018. Finalmente, su adicción le pasó factura, y acabó siendo diagnosticado de trastorno depresivo mayor crónico. Tenía por ello una pensión de incapacidad total, pero no le era suficiente. Fue ahí cuando intervinimos para ayudarle, y a pesar de que tuvimos que esperar a la finalización del Estado de Alarma para que se celebrara el juicio, la demora valió la pena.

Total sí, absoluta no

Este trabajador, comercial autónomo, pasó por el Tribunal Médico en marzo de 2019. Tras dicha evaluación, se emitió un dictamen en el que se hacía constar su alcoholismo -en remisión- y su grave depresión. Fue entonces cuando el INSS le reconoció una incapacidad permanente total, protegiéndolo económicamente por no poder seguir ejerciendo su trabajo como profesional independiente de ventas.

No conforme con esa decisión, Fermín tramitó una Reclamación Previa con el objetivo de conseguir un grado más de incapacidad. Sin embargo no fue así, porque su ruego fue desestimado. La Seguridad Social opinaba que, pese a su agudo estado depresivo, este autónomo podía trabajar en otro tipo de actividades. Aunque la realidad fue que él no se vio capaz y contactó con nuestro bufete de abogados, para que lucháramos ante los tribunales por su absoluta.

Una vez más, la depresión lo es todo

Tras llevar el caso de nuestro cliente a juicio, que tuvo lugar en el Juzgado de lo Social nº 3 de Girona, demostramos con informes psiquiátricos que Fermín padecía un trastorno depresivo mayor crónico, con una fuerte recaída en enero de 2019. Sin signos de recuperación. Y que llevaba ya cuatro años en tratamiento por su adicción a las bebidas alcohólicas, en distintas etapas, durante las cuales ya se había ido forjando la depresión. 

El juez argumenta en la sentencia que esta patología “le imposibilita para la actividad laboral”. Y hace referencia a que “el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya entiende tributarios de una incapacidad permanente absoluta aquellos cuadros psiquiátricos crónicos, persistentes y graves o severos”. Continuando con una crítica directa al INSS: 

“Resulta poco comprensible que por la entidad gestora solo se declare una incapacidad total para una profesión no especialmente estresante, lo que da a entender que la propia entidad ya reconoce que el actor tiene dificultades para ejercer cualquier profesión que exige dedicación y contacto con cualquier otra persona”. 

 absoluta superior a 2.000 € al mes

El magistrado, tras valorar en conjunto las pruebas aportadas por nuestros letrados, manifestó que la enfermedad de Fermín era permanente e incompatible con cualquier clase de trabajo. Aunque, por la pandemia, el demandante no había podido someterse a controles médicos últimamente. Por este motivo, ordenó a la Seguridad Social a comenzar a abonarle una prestación por incapacidad permanente absoluta, del 100% de su base reguladora. Mientras que antes estaba cobrando solo un 55% por ostentar solamente el grado de total, ahora percibe la totalidad de su base reguladora: 2.037,89 € mensuales.

Pero eso no es todo, sino que la resolución judicial añade que los efectos económicos han de fijarse en marzo de 2019. En consecuencia, condena al INSS a pagar a nuestro defendido los atrasos correspondientes. Concretamente, un ingreso único paralelo a su pensión basado en la diferencia a favor de este comercial entre la invalidez total y la absoluta, sumando los importes que no le habían ingresado durante todos esos meses hasta junio de 2020 (fecha de la sentencia). 

Aquí tienes disponible la resolución judicial: