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Causas y motivos que originan un despido objetivo

En el ámbito laboral español, el despido objetivo es una de las formas más drásticas para extinguir la relación laboral entre trabajador y empresa. 

Este tipo de despido está regulado en el Estatuto de los Trabajadores y se basa en causas que la misma norma estima que son objetivas y relacionadas normalmente con la situación económica, técnica, organizativa o de producción de la empresa. 

Igualmente vienen contemplados en el mismo Estatuto de los Trabajadores los despidos por causas objetivas relacionados con la capacidad o conducta del trabajador. 

En este artículo vamos a proporcionarte una guía rápida detallada sobre las causas y motivos que pueden originar un despido objetivo en España. 

Te ofreceremos toda esta información dando ejemplos prácticos y consejos sobre qué hacer si te ves envuelto en una situación de despido objetivo.

Causas y motivos que originan un despido objetivo

Índice de contenidos

  1. ¿Qué es un despido objetivo?
  2. ¿Qué tipos de despido objetivo existen?
  3. Cómo realizar un despido objetivo
  4. Consecuencias para la empresa

¿Qué es un despido objetivo?

El despido objetivo es aquel que se fundamenta en causas no relacionadas directamente con la voluntad o los actos del trabajador, sino con circunstancias que afectan a la empresa o al puesto de trabajo.

Dicho con otras palabras, si te han despedido y la empresa alega causas objetivas, o no te adaptas a tu puesto de trabajo o la empresa está dando pérdidas, necesita reestructurarse o tiene alguna otra causa económica acreditada, y por lo tanto, no puede mantenerte en plantilla.

Se trata de una medida extrema que debe estar justificada y ser debidamente comunicada al trabajador, cumpliendo con los requisitos que la misma ley establece.

¿Qué tipos de despido objetivo existen?

Los despidos objetivos pueden clasificarse según su procedencia y las causas que los motivan. A continuación, te definimos y describimos los distintos tipos:

Despido objetivo procedente

Es aquel donde la empresa ha alegado cualquiera de las causas establecidas por la ley y ha cumplido con todos los requisitos formales y procedimentales.

Por ejemplo, si una empresa atraviesa una situación económica negativa demostrable y decide reducir su plantilla, tu despido será considerado procedente si la empresa lo realiza en legal forma según a los criterios legales establecidos.

Básicamente dándote el preaviso correspondiente, y posteriormente entregándote la carta de despido.

Despido por causas económicas

Si la empresa te despide por este motivo es que la empresa atraviesa una situación económica grave, como pérdidas de beneficios a causa de un endeudamiento, o una disminución persistente y progresiva en su nivel de ingresos o ventas.

Esto hace insoportable el mantener a algunos trabajadores en plantilla, y alegará causas objetivas para despedirlos.

Es necesario que la empresa demuestre estas circunstancias y su impacto en la necesidad de extinguir puestos de trabajo.

Por ejemplo, imagina que trabajas en una gestoría administrativa donde uno de los clientes aporta el 60% de la facturación. Este cliente, en un momento dado, deja de serlo.

Lógicamente va a ser imposible mantener muchos de los puestos de trabajo porque la empresa acaba de perder un 60% de la facturación y hasta que encuentre más clientes que cubran esa pérdida seguramente no podría pagar a algunos trabajadores. Debe despedir.

Despido objetivo por causas organizativas

Si te despiden por esta causa, es que se están produciendo cambios en los métodos, sistemas de trabajo o en la manera de organizar la producción. Esto, en muchos casos, hace necesario el despido de algunos trabajadores.

Un ejemplo podría ser, la reestructuración de departamentos a causa de una inversión en nuevas tecnologías que conlleve la eliminación de algunos puestos de trabajo dado que se van a automatizar.

Despido objetivo por causas productivas

Si trabajas en una empresa donde, de repente, la demanda de los productos o servicios que vende cambian, a la empresa no le va a quedar más remedio que realizar despidos si quiere mantener su economía saneada.

Por ejemplo, si una empresa tecnológica ve reducida la demanda de uno de sus productos principales, porque otro producto que ha salido al mercado ha dejado obsoleto el suyo, la empresa va a necesitar ajustar su plantilla dada la nueva realidad de mercado.

Despido objetivo por causas técnicas

Cuando te despiden por esta causa es que la empresa ha introducido innovaciones tecnológicas o cambios en los medios o instrumentos de producción. Esto hace innecesaria la labor de algunos trabajadores.

Un caso práctico sería, la automatización de la cadena de producción de vehículos. A medida que se van introduciendo nuevas tecnologías que automatizan el proceso de ensamblaje que antes se realizaba manualmente, se va haciendo innecesaria la presencia de trabajadores.

Despido por ineptitud sobrevenida

Esta es la primera causa de despido objetivo que sí tiene que ver contigo, si es alegada por la empresa, claro.

Se produce cuando como trabajador, a pesar de haber sido capaz de realizar tu trabajo anteriormente, dejas de serlo por razones que no se te pueden imputar. Es decir, quieres realizar bien tu trabajo, pero no puedes por alguna razón.

Un caso práctico muy claro podría ser, si tienes la desgracia de, que debido a una enfermedad, ya no puedes desempeñar tu puesto de trabajo con la misma eficacia que antes.

Despido objetivo por falta de adaptación

Las innovaciones tecnológicas también pueden traer despidos personales objetivos. En este caso, si te despiden alegando falta de adaptación, implica que no logras adaptarte a las modificaciones técnicas realizadas en tu puesto de trabajo, aun habiéndote ofrecido la formación necesaria.

Es importante que la empresa te haya dado un plazo razonable para la adaptación y haya proporcionado la formación adecuada.

Por ejemplo, si antes realizabas la contabilidad con un software y cambian dicho programa, y tras 6 meses no consigues adaptarte, aun cuando te han dado una formación de 60 horas, te van a despedir porque no te adaptas al nuevo programa, y lógicamente no puedes sacar adelante tu trabajo.

¿Cómo realizar un despido objetivo correctamente?

Para llevar a cabo un despido objetivo de forma correcta, la empresa debe seguir una serie de pasos:

  • Identificación clara de la causa: Definir de manera específica y detallada la causa que justifica el despido, asegurándose de que ésta se encuadre dentro de las estipuladas por la ley.
  • Preaviso: Respetar el período de preaviso establecido por la ley o el convenio colectivo aplicable, que generalmente es de 15 días.
  • Comunicación por escrito: El trabajador debe recibir una carta de despido en la que se expliquen de forma clara y concreta las razones del despido, incluyendo la prueba que justifique dicha decisión.
  • Indemnización: Abonar al trabajador una indemnización correspondiente y fijada por ley, que actualmente es de 20 días de salario por año de servicio, con un máximo de 12 mensualidades.
  • Entrega de documentación: Proporcionar al trabajador la documentación necesaria para tramitar el desempleo, como puede ser el certificado de empresa.

¿Existen consecuencias para la empresa ante un despido objetivo?

Las consecuencias para la empresa dependen de la correcta o incorrecta aplicación del procedimiento durante el proceso de despido objetivo del trabajador o trabajadores:

  • Despido procedente: Si el despido se ha realizado conforme a la ley, la empresa habrá cumplido con sus obligaciones, limitando su responsabilidad a la indemnización y los salarios de tramitación hasta la fecha del despido.
  • Despido improcedente: Si se declara la improcedencia del despido, la empresa se enfrentará a la obligación de abonar una indemnización mayor, establecida actualmente en 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Aunque también puede elegir readmitir al trabajador pagándole los salarios de tramitación.
  • Despido nulo: En caso de que el despido se declare nulo, la empresa estará obligada a readmitir al trabajador, abonándole los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido hasta la reincorporación.

Es fundamental que las empresas realicen un análisis detallado y se asesoren adecuadamente antes de llevar a cabo un despido objetivo, para evitar posibles litigios y los consecuentes costes económicos derivados de los mismos.

Además, es recomendable mantener una comunicación abierta y transparente con los trabajadores para minimizar el impacto negativo de estas situaciones tanto en el ambiente laboral como en la imagen de la empresa.

El despido objetivo es una herramienta legal que permite a las empresas ajustar su plantilla ante cambios económicos, técnicos, organizativos o de producción, siempre que cumplan estrictamente con la legislación vigente.

Su correcta aplicación no solo evita posibles conflictos judiciales, sino que también contribuye a la sostenibilidad y adaptación de la empresa a las nuevas circunstancias y cambios del mercado.

Sentencias relacionadas

Preguntas frecuentes

Es un despido por causas ajenas al trabajador, como razones económicas, técnicas, organizativas o de producción.

  • Económico: por pérdidas o disminución de ingresos.

  • Organizativo: por cambios en métodos de trabajo o producción.

  • Productivo: por cambios en la demanda de productos o servicios.

  • Técnico: por introducción de nuevas tecnologías.

  • Ineptitud sobrevenida: por incapacidad del trabajador para realizar su trabajo.

  • Falta de adaptación: por no adaptarse a cambios técnicos en el puesto.

  • La empresa debe identificar la causa y comunicarla al trabajador.

  • Se debe respetar el preaviso legal (15 días).

  • Se debe entregar una carta de despido con las razones del despido y la prueba que lo justifica.

  • Se debe pagar una indemnización de 20 días de salario por año de servicio (máximo 12 mensualidades).

  • Se debe entregar al trabajador la documentación necesaria para el desempleo.

  • Despido procedente: la empresa solo paga la indemnización.

  • Despido improcedente: la empresa paga una indemnización mayor (33 días por año trabajado, máximo 24 mensualidades) o readmite al trabajador.

  • Despido nulo: la empresa readmite al trabajador y le paga los salarios dejados de percibir.

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