Incapacidad Permanente por Trastorno de Ansiedad
Según la Clínica Universidad de Navarra, cuando la ansiedad pasa de ser una respuesta temporal -a una determinada situación- a convertirse en algo desproporcionado y demasiado prolongado, toma el nombre de trastono de ansiedad.
La principal manifestación es el trastorno de ansiedad generalizada, que se caracteriza por un estado persistente de angustia.
A todo ello hay que sumar, no obstante, que se hayan agotado las posibilidades terapéuticas y continúen los síntomas y/o secuelas.
Índice de contenidos
Incapacidad permanente por ansiedad: tipos (grados)
A continuación, se exponen los grados de incapacidad que se reconocen por trastorno de ansiedad.
Incapacidad permanente total por ansiedad
Como ocurre con otras patologías, la incapacidad permanente total por trastorno de ansiedad se corresponde normalmente con profesiones que representan un riesgo propio o para terceros. Así sucede con los trabajadores que llevan armamento (como policías o vigilantes de seguridad) o que conducen vehículos pesados (como los transportistas o los conductores de autobús).
Pero también aquí se engloban empleos de gran exigencia mental o estrés, u otras situaciones donde al trastorno de ansiedad se unen otras enfermedades (concepto de comorbilidad). En ambos casos, la incapacidad total por ansiedad se puede reconocer si las dolencias impiden realizar la profesión habitual pero no justifican una inhabilitación absoluta para toda actividad laboral.
Incapacidad permanente absoluta por ansiedad
La incapacidad permanente absoluta por ansiedad puede ser posible si el trastorno se ha cronificado, es decir, que permanece y no se resuelve. Y si genera limitaciones funcionales severas y refractarias a los tratamientos, de forma que afectan de modo global a la capacidad para desempeñar cualquier trabajo.
En consecuencia, la única solución es la incapacidad permanente absoluta por ansiedad. No obstante, tanto el INSS como los jueces tienden a otorgar este grado de incapacidad solo si la ansiedad cursa paralelamente a otros trastornos psíquicos o físicos graves, o está asociada a ellos (como la depresión, la agorafobia, la fibromialgia...)
Gran invalidez por ansiedad
Lograr la gran invalidez por trastorno de ansiedad no es nada usual. Excepcionalmente, se puede obtener si, junto a los criterios para la incapacidad absoluta, el nivel de ansiedad o sus síntomas asociados son tan graves que implican la supervisión de un tercero (con el fin de evitar posibles autolesiones, o para que el afectado se tome correctamente su medicación, entre otras situaciones vitales).
Discapacidad por trastorno de ansiedad
En el actual baremo de discapacidad, el trastorno de ansiedad no está específicamente incluido como una enfermedad autónoma que dé lugar, per se, a un porcentaje de discapacidad determinado. De hecho, en la normativa no se menciona, aunque en los documentos internos (manuales del IMSERSO o autonómicos) sí consta como ejemplo de trastorno mental evaluable.
Debido a esto, la discapacidad por ansiedad se valora teniendo en cuenta la repercusión real de la ansiedad en la funcionalidad del afectado. En consecuencia, para el reconocimiento del grado de discapacidad por esta afección, los efectos concretos -como las limitaciones en la vida laboral, familiar y social- son clave.
Y en lo que respecta a grados de discapacidad, y a porcentajes exactos, pese a que la medición es individual lo más frecuente es que se asigne un porcentaje en el rango de discapacidad leve (1-24 %) o, en algunos supuestos, moderada (25-59 %).


