Tan solo cinco días antes de celebrarse este juicio, el INSS reconoció a Macarena la incapacidad permanente total por gonartrosis. Sin embargo, como solemos hacer cuando esto ocurre, no detuvimos el proceso judicial para intentar conseguir la incapacidad mediante sentencia. Esto implica que haya menos posibilidades de que se revise la pensión en el futuro. Además, de esta manera también se puede lograr un pago adicional en concepto de atrasos. Y eso fue exactamente lo que pasó en este caso.
Profesión incompatible con la dolencia
Macarena era profesora de educación física, pero fue diagnosticada de artrosis bilateral de rodilla. Ello le hacía imposible desarrollar correctamente su profesión. Necesitaba incluso bastón para desplazarse. Por este motivo, en mayo de 2018 tuvo que pedir la baja médica. Viendo la evolución de su enfermedad, la trabajadora solicitó en 2019 la incapacidad permanente. Sin embargo, sorprendentemente el INSS se la denegó. Y la Reclamación Previa posterior, también fue desestimada.
Las alegaciones de la Seguridad Social consistían en que aún no se habían agotado todas las posibilidades terapéuticas y las lesiones no se podían considerar definitivas.
En el acto del juicio, que se celebró el 22 de junio de 2021 tras admitirse la demanda, aportamos como prueba un profesiograma que acreditaba lo que ya caía por su propio peso: la incompatibilidad de ser profesora de gimnasia con tener gonartrosis en ambas rodillas. Porque un empleo como ese supone hacer esfuerzos en la columna, los hombros, los codos, las manos, la cadera, el tobillo y, por descontado, la rodilla. Y, además, es necesario estar de pie y en movimiento.
Inflamación y dolor invalidante
En la vista oral presentamos informes médicos donde se reflejaban claramente las patologías y limitaciones de Macarena. Concretamente, demostramos que nuestra cliente sufre artrosis severa en las dos rodillas, con limitación funcional de movilidad asociada con dolor e inflamación.
Asimismo, y aunque por su edad de momento estaba descartado, expusimos que esta profesora necesitaría prótesis más adelante. Y que ahora necesitaba bastón para situaciones de bipedestación y deambulación prolongada. Por otro lado, también mostramos al juez que los médicos habían detectado cervicalgia y lumbalgia crónica.
Reconocimiento inesperado
Como comentábamos al comienzo de este artículo, pocos días antes de la celebración del juicio el INSS concedió a nuestra defendida una incapacidad total para su profesión habitual por vía administrativa. Pese a ello, continuamos con el proceso para mejorar esa prestación.
El magistrado, por su parte, concluyó que, contrariamente a lo que argumentó el INSS en un inicio aunque después inesperadamente le diera la incapacidad, en el caso de Macarena sí se habían agotado las posibilidades terapéuticas. Y que “las medidas que quedaban pendientes como era la colocación de prótesis, descartadas por edad, en modo alguno determinarían la recuperación de la capacidad laboral de la actora” para el trabajo de enseñar educación física.
Incapacidad Total Cualificada
Finalmente, el juez condenó a la Seguridad Social a otorgar a esta profesora una incapacidad total. Pero no del 55%, sino del 75% de su base reguladora (que asciende a 2.215,56 €). Esto es debido a que Macarena tiene más de 55 años y no tiene otro empleo, lo que se denomina incapacidad total cualificada.
Como valor añadido, la fecha de efectos de la resolución judicial se fijó en noviembre de 2019, lo que significa que hemos conseguido para ella un abono de un año y siete meses de atrasos. Sin perjuicio de las cantidades que se puedan descontar legalmente. Algo que, en definitiva, no hubiera sido posible con la declaración de incapacidad que emitió el INSS en junio de 2021.
Puedes ver la sentencia a continuación: