¿Qué se considera como enfermedad profesional?

La enfermedad profesional, ¿qué es?

Una enfermedad profesional es una patología que una persona contrae debido a su trabajo en actividades específicas que involucran ciertos elementos o sustancias peligrosas, tal como establece el 'cuadro de enfermedades profesionales' del INSS. Este cuadro quedó aprobado por el Real Decreto 1299/2006, aunque fue modificado posteriormente por otras disposiciones (el Real Decreto 1150/2015 y el 257/2018). Por tanto, no cualquier afección relacionada con el trabajo se puede calificar de enfermedad profesional, sino que el concepto está mucho más acotado.

La ley dicta que una enfermedad profesional se caracteriza por conjugar cuatro elementos básicos: agente, exposición, dolencia y relación de causalidad, lo que permite distinguir cuándo es profesional y cuándo no. Esa es otra parte imprescindible de la definición de enfermedad profesional.

Recordemos que la enfermedad profesional es una de las cuatro contingencias de la incapacidad temporal y permanente, existiendo también la enfermedad común, el accidente de trabajo y el accidente no laboral.

En la actualidad, esta contingencia no solo está cubierta para los trabajadores del Régimen General, sino también para aquellos que coticen en el Sistema Especial del Régimen General de Empleados de Hogar. Además, se extiende a los trabajadores por cuenta propia del Régimen Especial de Trabajadores del Mar, así como a los autónomos.

Tipos de enfermedades profesionales

El cuadro de enfermedades profesionales del INSS se divide en dos listados diferenciados:

1. En la primera lista se encuentran las enfermedades profesionales plenamente identificadas y tipificadas con fines de prevención y protección. La relación de patologías está organizada en seis grupos principales, que se clasifican según el agente causante:
   
   - Grupo 1: agentes químicos (metales, ácidos, alcoholes, óxidos, etc.)
   - Grupo 2: agentes físicos (exceso de ruido, posturas forzadas, etc.)
   - Grupo 3: agentes biológicos (causantes de enfermedades infecciosas y parasitarias).
   - Grupo 4: inhalación de sustancias y otros agentes (como el amianto).
   - Grupo 5: afectación en la piel (lesiones y tumores).
   - Grupo 6: agentes carcinogénicos (cancerígenos)
   
   En la normativa, que es extensísima, dentro de cada uno de estos grupos se proporciona una lista de las principales actividades que pueden dar lugar a la enfermedad correspondiente. Pero no siempre se mencionan específicamente las enfermedades consideradas profesionales en cada supuesto, aunque en algunos casos, especialmente en los grupos 4 y 5, se detallan con nombres específicos.
   
   2. El segundo listado de enfermedades profesionales contiene dolencias cuyo origen profesional se sospecha, y que en el futuro podrían formar parte de la lista principal. Esta lista complementaria se divide en los mismos seis grupos.

En consecuencia, si no hay prueba de lo contrario, las enfermedades comunes que contraiga el trabajador por el desempeño de su trabajo, y que no figuren en la lista oficial de enfermedades profesionales, serían accidentes de trabajo. 

Diferencia entre accidente de trabajo y enfermedad profesional

"¿Lo mío es accidente de trabajo o enfermedad profesional?" Las enfermedades profesionales presentan similitudes notables con los accidentes laborales. Pero no tienen la misma naturaleza. A diferencia del accidente de trabajo, donde es indispensable demostrar el nexo causal lesión-trabajo para catalogarlo de laboral, las enfermedades profesionales están listadas en el cuadro del INSS, sin que se exija esa clase de prueba.

Pero, aparte del marco legal, en la práctica, lo esencial es saber que un accidente laboral responde a un incidente concreto, mientras que la enfermedad profesional no.

La Comisión de la UE modificó en 2022 la lista europea de enfermedades profesionales con el objetivo de introducir en ella el COVID-19, y recomendó a los Estados miembros incluirla en sus legislaciones.

Procedimiento para que se reconozca una enfermedad profesional

Cuando a un trabajador le sobreviene una enfermedad profesional, las mutuas tienen la obligación de preparar un informe. Y el empresario debe colaborar en la elaboración de dicho documento, proporcionando toda la información necesaria. Paralelamente, ha de comunicar la existencia de la patología a la Seguridad Social, por escrito -puede hacerlo online-.

Por su parte, los médicos del sistema público o el servicio de prevención de la empresa que tengan conocimiento de una enfermedad que podría declararse profesional, también deben informar de ello al INSS. 

Posteriormente, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) redactará otro informe donde se abordarán las causas y circunstancias que han contribuido a la aparición de la enfermedad profesional. Además, este protocolo incluye la evaluación del grado de cumplimiento de las obligaciones por parte del empleador en cuanto a la prevención de riesgos laborales asociados a esa afección.

Si tras este proceso no te reconocen tu enfermedad profesional, puedes tramitar una determinación de contingencias, procedimiento donde se volverá a estudiar si la patología que sufres puede ser, oficialmente, profesional.

Enfermedad profesional: ejemplos 

No olvidemos que en el cuadro del INSS no se enumeran todas las patologías posibles en todos los tipos de empleo. Por esa razón, si surgen dudas y finalmente por vía administrativa no se reconoce debidamente una enfermedad laboral, es aconsejable acudir a los tribunales para reclamar.

A continuación, te facilitamos algunos ejemplos de enfermedad profesional.

¿La epicondilitis es una enfermedad profesional?

Distintos jueces han dejado claro en sus sentencias que la epicondilitis -una inflamación situada en la zona del codo, o "codo del tenista"- sí puede llegar a ser una enfermedad profesional. Así se refleja, además, en el cuadro oficial y en la propia Guía de Ayuda para la Valoración de las Enfermedades Profesionales, que edita la Seguridad Social.

En el cuadro se puede leer:

Codo y antebrazo: epicondilitis y epitrocleitis.
Trabajos que requieran movimientos de impacto o sacudidas, supinación o pronación repetidas del brazo contra resistencia, así como movimientos de flexoextensión forzada de la muñeca, como pueden ser: carniceros, pescaderos, curtidores, deportistas, mecánicos, chapistas, caldereros, albañiles.

Túnel carpiano: ¿enfermedad profesional?

Lo mismo sucede con el túnel carpiano como enfermedad profesional, aspecto también confirmado en el cuadro, en la guía antes mencionada y por la jurisprudencia. "El síndrome del túnel carpiano aparecido en los trabajadores que desempeñan profesiones en las que sea habitual la realización de trabajos repetitivos que conlleven la extensión de la muñeca ha de ser calificado como de enfermedad profesional", se puede leer, por ejemplo, en una sentencia del año 2006.

En el cuadro de enfermedades se recoge de esta manera:

Síndrome del túnel carpiano por compresión del nervio mediano en la muñeca.

Trabajos en los que se produzca un apoyo prolongado y repetido de forma directa o indirecta sobre las correderas anatómicas que provocan lesiones nerviosas por compresión. Movimientos extremos de hiperflexión y de hiperextensión. Trabajos que requieran movimientos repetidos o mantenidos de hiperextensión e hiperflexión de la muñeca, de aprehensión de la mano como lavanderos, cortadores de tejidos y material plástico y similares, trabajos de montaje (electrónica, mecánica), industria textil, mataderos (carniceros, matarifes), hostelería (camareros, cocineros), soldadores, carpinteros. pulidores, pintores.

Silicosis como enfermedad profesional

La silicosis es una afección de los pulmones que tiene su origen en la inhalación de polvo de sílice libre. Y sí, está considerada enfermedad profesional. Así se contempla tanto en el cuadro como en la guía de ayuda elaborada por el INSS.

Asimismo, como también se señala en esta guía, es muy difícil que la silicosis provenga de una situación no relacionada con el trabajo: "La presencia de factores extralaborales solo excluiría el carácter profesional de la enfermedad cuando estos hayan actuado con la suficiente entidad o intensidad para considerarlos la causa principal de la enfermedad y no haya existido exposición laboral". 

Leamos lo que dice el cuadro de enfermedades sobre la silicosis en cuanto a los empleos asociados:

Silicosis.
Trabajos expuestos a la inhalación de polvo de sílice libre, y especialmente:

Trabajos en minas, túneles, canteras, galerías, obras públicas.

Tallado y pulido de rocas silíceas, trabajos de canterías. Trabajos en seco, de trituración, tamizado y manipulación de minerales o rocas.

Fabricación de carborundo, vidrio, porcelana, loza y otros productos cerámicos, fabricación y conservación de los ladrillos refractarios a base de sílice.

Fabricación y manutención de abrasivos y de polvos detergentes.

Trabajos de desmoldeo, desbardado y desarenado en las fundiciones.

Trabajos con muelas (pulido, afinado) que contengan sílice libre.

Trabajos en chorro de arena y esmeril.

Industria siderometalúrgica.

Fabricación de refractarios.

Fabricación de abrasivos.

Industria del papel.

Fabricación de pinturas, plásticos y gomas.

¿Se puede considerar la fascitis plantar enfermedad profesional?

Veamos un último ejemplo: la fascitis plantar, una inflamación alrededor del talón. Pese a que de esta dolencia no se habla en la Guía ni en el cuadro, también acudiendo a resoluciones judiciales publicadas se puede observar que la fascitis plantar puede ser una enfermedad profesional de los albañiles, entre otras profesiones.

La necesidad de proteger a los afectados

Conclusión

En este post hemos explicado al detalle qué es una enfermedad profesional. Pero es vital acercarnos a este concepto desde la perspectiva de su impacto en la salud y el bienestar de los trabajadores. Reconocer y proteger las enfermedades profesionales a través de bajas médicas e incapacidades permanentes es de vital importancia. Pero también lo es la conciencia de prevención, para promover un entorno de trabajo seguro y fomentar la responsabilidad empresarial en la prevención de riesgos laborales.