Incapacidad y discapacidad por hernia discal

Diferencia entre discapacidad e incapacidad por hernia discal

La hernia discal es una afección que puede tener consecuencias significativas en la vida de quienes la padecen. Para comprender este posible impacto en el día a día de los afectados, es importante diferenciar entre dos conceptos clave: la incapacidad y la discapacidad.

Discapacidad por hernia discal

La discapacidad es un término amplio que abarca una variedad de deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales que son previsiblemente permanentes y pueden disminuir la participación plena y efectiva en la sociedad. En España se considera que una persona es discapacitada cuando su grado de discapacidad es igual o superior al 33%. La razón es que, a partir de dicho porcentaje, se obtienen diversos beneficios sociales y fiscales. Pero no una pensión, a no ser que se alcance el 65% -en cuyo caso se puede llegar a percibir una prestación, aunque de un importe bastante bajo-. 

En el actual baremo de discapacidad se establecen los criterios para evaluar el grado de minusvalía por hernia discal, los cuales detallaremos a lo largo de este artículo.

Incapacidad permanente por hernia discal

La incapacidad, por otro lado, se relaciona específicamente con la capacidad laboral de una persona. Puede ser de diferentes tipos (parcial, total, absoluta o gran invalidez) pero, en términos generales, una persona se considera en situación de incapacidad permanente cuando, después de haber recibido el tratamiento médico prescrito, presenta reducciones anatómicas o funcionales graves y previsiblemente definitivas que disminuyen o anulan su capacidad para desempeñar un trabajo. Y la primera consecuencia de tener asignada una incapacidad es cobrar una pensión, la cual puede ser, según el caso, muy cuantiosa.

En este sentido, pensemos que cuando un disco intervertebral se hernia genera síntomas como dolor, entumecimiento y debilidad. Incluso, puede dar lugar a lo que comúnmente se llama "nervio pinzado" o radiculopatía. Este tipo de cuadro clínico, si no desaparece con el tiempo o deja secuelas, puede tener una gran repercusión en la capacidad para ejercer un trabajo.

Las hernias dorsales, lumbares o cervicales son tipos de hernias de disco y no se pueden excluir de este post aunque mencionemos, de forma general, el concepto de hernia discal.

Evaluación de la discapacidad por hernia discal

Como avanzábamos antes, la hernia discal está incluida en el baremo de discapacidad vigente, un extenso documento actualizado en 2022 que regula el reconocimiento, declaración y calificación del grado de discapacidad.

Las tablas que recogen la afectación de una hernia de disco en este baremo son las siguientes:

- Parrilla regional de columna cervical, deficiencias de la columna

- Parrilla regional de columna torácica, deficiencias de la columna

- Y parrilla regional de columna lumbar, deficiencias de la columna

En las tres se distinguen las hernias discales que van acompañadas de radiculopatía y las que no.

Porcentaje de minusvalía por hernia discal

¿Qué grado de discapacidad te dan por hernia discal? Pese a estas tablas y las mediciones que representan, el cálculo del porcentaje de discapacidad o minusvalía por hernia discal incluye más elementos. Estos abarcan aspectos paralelos a la propia afección, y se centran en:

• La capacidad para desenvolverse en las actividades más básicas de la vida diaria, estudiando el esfuerzo y el posible grado de dolor. 
• Las limitaciones de la persona en su entorno real y los potenciales problemas que le surgen en situaciones vitales. 
• Los factores personales y/o externos que pueden tener una influencia positiva o negativa, pudiendo convertirse en una barrera.
• Si existe dependencia de terceros.
• Presencia de movilidad reducida.

Finalmente, los servicios sociales de las comunidades autónomas, que son quienes conceden el grado de discapacidad a los solicitantes, analizando y sumando los distintos resultados emitirán una resolución donde se informará del porcentaje exacto de discapacidad por hernia discal -también conocido como grado de minusvalía por hernia discal-. 

Incapacidad por hernias discales: requisitos

Pasemos ahora a la consecución de la incapacidad por hernia discal (dorsal, cervical, lumbar...) Para poder percibir una pensión de incapacidad permanente por esta dolencia es necesario que cause limitaciones funcionales significativas para la actividad laboral. Pero veamos más minuciosamente qué otros factores son relevantes para el tribunal médico en una incapacidad por hernia cervical.

Los inspectores tienen en cuenta el alcance y la ubicación de la hernia, lo que es fundamental para hallar el nivel de interferencia con las estructuras que la rodean. Además, comprobarán si se han realizado tratamientos médicos o quirúrgicos, y si estos han tenido éxito en aliviar los síntomas o las secuelas. Por ello, el hecho de haber probado diversas terapias sin mejoría puede respaldar la solicitud de incapacidad.

En los casos en los que se haya practicado una cirugía, el tribunal corroborará si, a pesar de la operación, las limitaciones persisten. Y en situaciones en las que esté programada una intervención, los inspectores suelen pedir la opinión del especialista para confirmar si se espera o no una mejoría sustancial tras el paso por quirófano.

Hernia discal: incapacidad por grados

Incapacidad Permanente Parcial

Este grado de incapacidad es muy poco común en casos de hernia discal. El motivo radica en que, cuando una persona presenta limitaciones para trabajar a causa de su hernia, se le otorga directamente la incapacidad total -que es el grado inmediatamente superior de incapacidad-. 

Incapacidad Permanente Total

La incapacidad total es la que con más frecuencia se reconoce teniendo una hernia discal. Se concede cuando un ciudadano tiene limitaciones que le impiden realizar tareas que requieran una sobrecarga o movilidad considerable en la región afectada. Esto es especialmente relevante para profesiones como albañiles u operarios de fábrica o almacenes y, en ocasiones, incluso personal administrativo que mantiene una postura fija ante el ordenador.

Incapacidad Permanente Absoluta

La incapacidad absoluta por hernia cervical se aprueba solo en casos excepcionales. Por ejemplo, si se demuestran vértigos incapacitantes que no responden a tratamientos. O si hay aparición de tetraparesia, es decir, una disminución de la fuerza en las cuatro extremidades (con claudicación al caminar a distancias cortas).

Cómo solicitar una Incapacidad Permanente por hernia discal

Si necesitas solicitar una incapacidad por hernia discal (dorsal u de otro tipo), debes dirigirte a la Seguridad Social. Tras realizar la gestión, recibirás una convocatoria para acudir al tribunal médico para incapacidad por hernia (cervical u otra). Allí estudiarán tu expediente y puede que te pidan que ejecutes algunos movimientos. Posteriormente, el dictamen-propuesta de los inspectores médicos se elevará a la Dirección Provincial del INSS que corresponda, que es la encargada de tomar la decisión. 

¡Atención! No es imprescindible que estés de baja por hernia discal para poder solicitar la incapacidad permanente con éxito.

Incapacidad por hernias discales y discapacidad a la vez. ¿Es posible?

Conclusión

Con una hernia discal, la incapacidad puede ser un objetivo factible, igual que el hecho de obtener un grado de minusvalía por hernia discal (o grado de discapacidad). Pero para ser titular de ambas, tendrías que tramitar las dos peticiones por separado. No olvides que la incapacidad permanente es competencia de la Seguridad Social, igual que lo es un proceso de incapacidad temporal o baja por hernia discal. Pero la discapacidad es exclusiva de los servicios sociales. Sin embargo, ¡en este punto tenemos una buena noticia para ti! Porque si te asignan una incapacidad permanente, tendrás automáticamente un porcentaje de minusvalía por hernia discal del 33%. Esto puede parecer una contradicción tras lo que te hemos explicado, pero no lo es. Con la discapacidad del 33% que va aunada a la incapacidad permanente no se pueden disfrutar de todas las ventajas sociales y fiscales a las que se puede acceder con un certificado expedido por los servicios sociales; solo tiene beneficios de cara a la declaración de la renta y al acceso al mercado protegido.